Berlín.- La ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, expresó hoy su disposición a entrevistarse con el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, para tratar de salvar sus diferencias en el escándalo sobre los casos de pederastia en la Iglesia Católica.
La política liberal contestó así al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), el arzobispo Robert Zollitsch, quien este martes concedió un plazo de 24 horas a la ministra para disculparse por sus críticas a la iglesia.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha señalado que no duda de la "seria voluntad" de la Iglesia Católica de investigar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes con niños y su intención de evitarlo en el futuro, según comunicó hoy su portavoz oficial Ulrich Wilhelm.
Añadió que la canciller no duda de que los obispos estudiarán durante la asamblea de la DBK que se celebra en Friburgo las directrices para los casos de pederastia y su posible mejora, a la vez que celebró la oferta de su ministra para conversar con Zollitsch.
Un portavoz de la titular alemana de Justicia comentó que además Sabine Leutheusser-Schnarrenberger tiene intención de contestar por escrito a Zollitsch a las críticas contra su persona vertidas por el presidente de la DBK.
Un portavoz de este último anunció a su vez la disposición del presidente de la DBK a entrevistarse con Sabine Leutheusser-Schnarrenberger y comentó que la anunciada carta aun no ha llegado a su poder.
La irritación de Zollitsch, arzobispo de Friburgo, se produjo después de que la ministra afirmara que la Iglesia Católica no da la impresión de colaborar constructivamente con los fiscales encargados de investigar los casos de pederastia protagonizados por religiosos.
En declaraciones a la emisora "Deutschlandradio", la titular alemana de Justicia reclamó además esta mañana la constitución de una mesa redonda entre todas las partes afectadas, para evitar que casos así puedan repetirse.
Las críticas de Sabine Leutheusser-Schnarrenberger se acentuaron después de que Zollitsch pidiera este lunes perdón a las víctimas de los "repugnantes" abusos sexuales a menores practicados por sacerdotes en las décadas de los setenta y ochenta que están saliendo a la luz en Alemania.
Las disculpas fueron criticadas por insuficientes tanto por la ministra como por organizaciones religiosas, como el movimiento católico secular "Wir sind Kirche" ("Nosotros somos la Iglesia").
Su portavoz, Annegret Laakmann, aseguró que desde que se descubrió el escándalo cerca de 300 víctimas se han dirigido a diferentes entidades eclesiásticas para denunciar abusos sexuales y señaló que debe partirse de la base de que hay unos 150 sacerdotes involucrados en los abusos a menores.
El escándalo se desató cuando el padre Klaus Mertes, rector del la escuela de élite Canisius de Berlín, regida por la Orden de los Jesuitas, hizo público en enero pasado abusos perpetrados en el colegio décadas atrás.
Después de que Mertes sacara a la luz casos que durante años habían permanecido en secreto empezaron a aparecer otras víctimas de abusos, no sólo en el Canisius sino también en otros colegios de jesuitas, en Bonn y en la Selva Negra.
Según medios alemanes, también en el monasterio de Ettal (sur de Alemania) de la orden benedictina se registraron casos de abusos a menores entre 1950 y 1990.
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