La multinacionales del motor pueden salir favorecidas de la polución en China

  • Las grandes multinacionales internacionales del motor presentes en China pueden llegar a ser, inesperadamente, los grandes beneficiarias de los serios problemas de polución del país, ya que los fabricantes chinos aún carecen de la tecnología menos contaminante.

José Álvarez Díaz

Shanghái (China), 25 ene.- Las grandes multinacionales internacionales del motor presentes en China pueden llegar a ser, inesperadamente, los grandes beneficiarias de los serios problemas de polución del país, ya que los fabricantes chinos aún carecen de la tecnología menos contaminante.

Habitualmente los grandes fabricantes mundiales se reservan sus modelos y tecnología más avanzada para los mercados más desarrollados de Europa, Norteamérica y Japón, y producen modelos y motores algo anteriores en China, mediante empresas mixtas con fabricantes locales, para crecer con el mayor mercado del planeta.

Sin embargo, ante la posibilidad de que los crecientes problemas de contaminación aceleren los planes del Gobierno chino para endurecer los estándares de emisiones para los vehículos en sus carreteras, las firmas extranjeras tienen una posibilidad de aumentar su cuota de mercado frente a sus competidoras chinas.

Aún tendrán que decidir hasta qué punto compartir tecnología puntera mediante sus empresas mixtas en el país, pero al menos los gigantes europeos, estadounidenses, japoneses y coreanos tienen la tecnología necesaria para cumplir con los estándares más exigentes.

Las marcas chinas, en cambio, necesitarían tiempo para desarrollar vehículos menos contaminantes que aún no tienen, salvo en el caso de híbridos y eléctricos de firmas como la cantonesa BYD, que también produce autobuses eléctricos, igual que la pequinesa Beiqi, o la shanghainesa Roewe, con su turismo de baterías E50.

La propia BYD retiró recientemente de la prensa china una serie de anuncios publicitarios en los que aseguraba que las emisiones contaminantes caerían en China un 27 por ciento si sólo los taxis y los autobuses de todo el país fuesen sustituidos por las alternativas eléctricas de la compañía, recoge hoy la prensa local.

Por su parte, multinacionales europeas como Volkswagen, la primera firma extranjera en el país -desde 1984-, redujo un 20 por ciento desde 2005 las emisiones y el consumo de los modelos que produce en China (junto a la shanghainesa SAIC), y ha asegurado ya que está "bien preparada" para el China V.

Tras los máximos históricos de contaminación que ha registrado en las últimas semanas, la ciudad de Pekín se convirtió esta semana en la primera en anunciar que impondrá la venta y el tráfico de vehículos bajo el estándar local China V, muy similar en sus exigencias al Euro V europeo.

La capital china, junto a otras grandes metrópolis del país, como Shanghái y Cantón, aplicaba hasta ahora sobre el papel el estándar China IV (equivalente al Euro IV), aunque en la práctica cientos de miles de vehículos lo incumplen seriamente a diario en las calles de estas ciudades.

Shanghái tenía ya planes para aplicar el estándar China V en 2014, lo que en teoría sacaría de sus carreteras más de 60.000 vehículos altamente contaminantes, y debería reducir la cantidad de dióxidos sulfurosos que liberan los vehículos en cerca de un 80 por ciento en comparación con los estándares actuales China IV.

Sin embargo, aunque oficialmente Shanghái, Pekín y Cantón imponen estas normas similares al Euro IV desde 2008, sólo en Shanghái, en la práctica, el 74 por ciento de la contaminación viene de los 280.000 vehículos (el 17 por ciento del total) que ni siquiera cumplen los China I para gasolina ni los China III para queroseno.

De las cifras proporcionadas por la propia prensa oficial se deduce que los vehículos que no cumplirán la normativa china para 2014 en Shanghái, bajo el China V, rondarán todavía los 220.000, a pesar de que el 25 por ciento de las partículas PM 2,5 de la ciudad, las más peligrosas, proviene de motores de vehículos y barcos.

En metrópolis como Shanghái muy a menudo una espesa neblina envuelve los más de 15.000 rascacielos de la ciudad, cuyos habitantes sufren con frecuencia tos seca, irritación de ojos, dificultades para respirar y fatiga, aunque están habituados a pasar períodos de fuerte contaminación.

La situación es similar en Pekín, Cantón, Chengdu, Chongqing y la mayoría de las capitales de provincia y ciudades medianas de gran parte del país asiático.

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