La afiliación sufrió el pasado agosto su mayor caída desde el año 2012. Más de 134.289 personas dejaron el sistema, aunque hay 531.379 afiliados más que hace un año.
El efecto estacional ha sido determinante en la caída, que se hubiera reducido a 14.000 ajustando el efecto, según el Ministerio de Empleo.
El dato evidencia la desaceleración de la creación de empleo, algo que refrenda el último indicador AML Afi-Asempleo. El índice anticipa que el ritmo de crecimiento interanual de la ocupación sufrirá una leve freno de la ocupación en los próximos meses. Pese a todo se mantendrá un ritmo de crecimiento de alrededor del 2,6 interanual en el periodo.
De confirmarse la previsión, el número de ocupados podría, de todas formas, cerrar el tercer trimestre de 2015 entorno a los 18 millones de personas, una cifra ligeramente superior a la cifra de ocupados del segundo trimestre del año).Caída de afiliados en agosto
Los 134.289 afiliados menos de agosto supone una reducción de empleo mayor que la registrada el mismo mes del año anterior (97.000 afiliados). La disminución que no es muy diferente a la de un mes de agosto del promedio de 2001-2007, ya que en ese intervalo se destruían en torno 140.000 puestos de trabajo.
El paro registrado aumentó también más de lo esperado, al haberse incrementado en 21.679 parados en el mes. Mientras, el número de contratos también ralentiza su crecimiento interanual, pero todavía sigue situándose por encima del 10%. Los indefinidos apenas aportan 0,6 puntos porcentuales al crecimiento del agregado y las jornadas completas siguen imponiéndose a las parciales.
Según Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, "probablemente, entre 2014 y 2015 se habrán creado cerca de un millón de empleos. Esta mejora se ha reflejado también en la transformación de contratos temporales en indefinidos y en la conversión de tiempo parcial a
jornada completa.
Sin embargo, apunta que estamos ante un "cambio de rasante". Asegura que el rápido ritmo de descenso del desempleo se ha encontrado en un terreno más llano en el que va a haber que aplicar más energía y mejor combustible. "Comprobamos, pues, que la creación de empleo ha consumido un primer cohete impulsor que nos ha ayudado a despegar, pero que, para continuar subiendo, necesita la ignición de otro cohete con mejor tecnología", señala.
"Hay que superar la fase en la que las necesidades de las empresas han ido por un lado, la formación de los trabajadores por otro y las políticas públicas por un tercero. Ahora es imprescindible liderar, coordinar y contar con los mejores en cada especialidad", sentencia.
Mientras, según José Antonio Herce, director asociado de Afi, la creación de empleo se viene manifestando con firmeza por encima de los movimientos estacionales y pocas dudas caben de que este proceso tiene bases sólidas y estables. Ello implica que el sistema de empleo tiene cada vez más margen para afrontar uno de los peores legados de la crisis laboral: la situación de los parados que carecen de ayudas económicas.
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