La pensión de las mujeres es un 34% inferior a la de los hombres... y va a peor

    • En España, la propia concepción del sistema de pensiones agranda las diferencias entre las prestaciones de hombres y mujeres. Se premian las cotizaciones largas, típicamente masculinas.
    • Las mujeres cobran menos por realizar el mismo trabajo de sus compañeros y deben optar por jornadas a tiempo parcial, dos circunstancias que repercuten en su pensión.
La nueva disposición del Fondo de Reserva es para pagar la extra de los pensionistas
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La brecha de salarios entre hombres y mujeres, que ronda el 22% en España, tiene un efecto muy negativo en las pensiones de estas. En Europa, la diferencia media alcanza el 39% y en España se sitúa en el 34%.

Durante la vida laboral cobran menos por realizar el mismo trabajo de sus compañeros y deben optar por jornadas a tiempo parcial -con menor retribución- para cuidar a su familia y en los últimos años, esas circunstancias repercuten en gran medida en su pensión.

En España, en torno al 80% de la población mayor de 65 años declara que sus ingresos proceden de una pensión. Sin embargo, casi el 100% de los hombres tiene pensión propia, pero el 48% de los mujeres mantiene la de su cónyuge, cifra que se eleva al 90% cuando se tienen en cuenta otras prestaciones.

Según destaca la profesora de la Universidad CEU San Pablo Miriam Monjas Barrena en el informe Mind the Gap Para un sistema productivo de equidad entre mujeres y hombres, en el que participan una veintena de expertos e investigadores, pese a las numerosas medidas legislativas y acciones políticas, los avances para recortar las diferencias salariales entre hombres y mujeres son lentos y la brecha salarial ha bajado muy lentamente.

"Uno de los efectos principales de esta brecha de remuneración es que al ganar salarios inferiores a lo largo de la vida de las mujeres se generan derechos de pensión inferiores a los hombres, por lo que en un momento crucial de su vida, la vejez, se enfrentan a un mayor riesgo de pobreza que los hombres", asegura Monjas Barrena.

Señala que aunque la brecha en las pensiones supone un importante obstáculo para la independencia económica de la mujeres mayores, lo cierto es que hasta ahora ha sido objeto de mucha menor atención que la brecha salarial. Una de las claves de este descuido es que la Unión Europa tiene pocas competencias en materia de Seguridad Social, por lo que los estados miembros no se ven obligados por la normativa comunitaria para impulsar legislaciones sobre pensiones.

En España, la propia concepción del sistema de pensiones agranda las diferencias entre las prestaciones de hombres mujeres. Quien más cotiza y durante más años, tiene mayor pensión. "Se premian las cotizaciones largas, típicamente masculinas y eso tendrá un impacto de genero muy grande", destaca Miriam Monjas.

En la línea en la que van las reformas, las diferencias todavía serán mayores en los próximos años.

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