La presión laborista provoca que Corbyn acepte una alianza aduanera con la UE

  • Una carta en 'The Observer' firmada por un centenar de líderes de su partido le obliga a definir su postura antes de su discurso sobre el Brexit.
Corbyn
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Todo empezó con una carta abierta en 'The Observer'. En ella casi un centenar de parlamentarios, eurodiputados, dirigentes sindicales y líderes locales laboristas le recordaban a Corbyn, siempre tan reacio en cuanto a Europa, que el futuro del país depende de su relación con esos espacios económicos comunitarios tras el Brexit. La petición era rotunda: el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, debe apoyar la permanencia del Reino Unido en la unión aduanera y el mercado único tras su salida de la Unión Europea (UE).

El mensaje llegaba un día antes de que el dirigente izquierdista se enfrentara a uno de los discursos más importantes de su carrera cuyo tema central era el divorcio entre Londres y Bruselas. En él todo el mundo esperaba que Corbyn detallara su posición sobre la permanencia del Reino Unido en la unión aduanera y mercado único. May defiende salir de la primera también.

Los dirigentes laboristas marcaban el camino a Corbyn.  "Si queremos construir una economía moderna, baja en emisiones de carbono, que proteja a los trabajadores y ataje la evasión fiscal, solo lo conseguiremos a través de la colaboración y de una relación comercial fluida con nuestros vecinos más cercanos", destacaban los líderes laboristas en el texto.

El rotativo The Guardian informaba el viernes de que la postura de Corbyn coincidiría con una enmienda planeada por un grupo de diputados conservadores -partidarios de la permanencia en la UE- a un proyecto de ley del Gobierno sobre comercio, en la que se pedirá que el Reino Unido continúe en la unión aduanera después del Brexit.

Los parlamentarios "tories" más euroescépticos apoyan la salida de la unión aduanera y del mercado común europeo, a fin de poder negociar acuerdos comerciales con otros países.

En este clima de incertidumbre, la carta ha desencadenado los acontecimientos y ha obligado al  portavoz sobre el Brexit, Keir Starmer, a señalar que "el grupo parlamentario laborista respalda con "unanimidad" la nueva estrategia, que apuesta por negociar un nuevo acuerdo comercial con la UE tras el divorcio de Londres y Bruselas, que está previsto que ocurra en marzo de 2019". Adiós novedades y sorpresas en el discurso de Corbyn, que de nuevo ha tenido al partido pisándole los talones. 

El Gobierno de Theresa May, por su parte, ha destacado que  solo la salida completa de esos espacios económicos permitirá al Gobierno firmar acuerdos comerciales con otros países. Después del discurso del líder laborista, May también tiene previsto detallar el viernes en una esperada intervención la posición estratégica de su Gobierno de cara a las negociaciones del Brexit con Bruselas. La de Corbyn, más o menos, ya la sabe.

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