La reforma laboral se aprueba hoy: ¿Viene una segunda ola de despidos?

Ya lo anunció el todavía ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, cuando allá por febrero aseguraba que sería un "error" pensar que la reforma laboral "va a resolver todos los problemas del mundo".

Ahora, siete meses después y con el decreto ley visto para sentencia, los expertos le dan la razón. Profesores, abogados y partidos políticos desconfían de la efectividad de la reforma. Sandalio Gómez, profesor del IESE, califica la reforma que hoy aprueba el Congreso como “la más inocua de las seis que conozco. Tal y como es la ley, pienso que no va a favorecer para nada la creación de empleo. Pero tampoco el despido”.

Efectivamente, la gran pregunta que se hace la sociedad española es si una vez aprobada la reforma laboral en el Congreso puede producirse una avalancha de despidos similar a la de los peores momentos de la crisis. Si hasta la reforma justificar un expediente de regulación de empleo –ERE- era casi una misión imposible para una empresa, ahora se amplían los supuestos en los que las empresas pueden acogerse al despido por causas económicas.

El texto definitivo dice que se justifica el despido objetivo cuando “de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas; o la disminución persistente de su nivel de ingresos, que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo”.

¿Esperan las empresas la bendición del Congreso son la escopeta preparada? Gómez descarta una avalancha de expedientes de regulación de empleo. “Si acaso, los jueces pueden interpretar más a favor de las empresas los casos de despido procedente por causas objetivas. Aquí si podemos ver un porcentaje mayor de despidos. Pero quien por la crisis se ha visto obligado a extinguir contratos, ya lo ha hecho". 

Y quiénes ahora se preguntan qué hacer, optarán ahora por despedir por causas objetivas, a ver qué dice el juez. En este sentido, la empresa no tiene nada que perder. "Puede que sea un poco más fácil despedir por motivos económicos, pero al final la última palabra la tiene el juez. No creo que veamos una oleada de expedientes de regulación. Para las empresas también persisten las incertidumbre", explica la profesora del IE, Gayle Allard, para quien la reforma no incentiva la creación de empleo. "Es un una tirita sobre una herida que lleva mucho tiempo abierta. Sería mejor abrir y limpiar bien".

Más negociación

Mercedes González, del despacho de abogados Alcor, introduce otro posible efecto inducido por la ampliación de los supuestos. “Creo que la reforma va a provocar que el trabajador se acobarde a la hora de pelear en los tribunales. Va a haber muchos acuerdos entre empresa y trabajadores”.

Aunque tampoco espera un recrudecimiento en el ritmo de despidos, González si cree que “puede haber más, que se compensarían con la contratación indefinida”.

Otra cosa piensan en Izquierda Unida (IU), que en su momento presentó una enmienda a la totalidad del texto de la reforma laboral y que hoy votará en contra. “Se deja la puerta abierta al abaratamiento y la precarización del empleo, y ahí están las cifras de paro de agosto para demostrarlo. Hay empresas que no va a resistir la tentación de sustituir puestos de trabajo fijos por temporales”, asegura Gaspar Llamazares, portavoz de IU en el Congreso.