La solicitud de quiebra pone a Saab Automobile al borde de la desaparición

  • La solicitud de quiebra de Saab Automobile presentada hoy ante el tribunal de Vänerborg (Suecia) coloca al fabricante de coches sueco al borde de la desaparición.

Copenhague, 19 dic.- La solicitud de quiebra de Saab Automobile presentada hoy ante el tribunal de Vänerborg (Suecia) coloca al fabricante de coches sueco al borde de la desaparición.

La solicitud tiene que ser aprobada aún por la corte, que podría aplazar a mañana su resolución del caso, aunque la crítica situación de la empresa no parece abocar a otra salida que la quiebra.

Swedish Automobile (SWAN), la matriz holandesa de Saab Automobile, justificó la petición, que afecta también a Saab Automobile Tools y Saab Powertrain, por no poder asegurar la viabilidad económica del fabricante de coches, que atraviesa por graves problemas desde hace casi tres años.

La causa principal es la negativa de General Motors, antigua dueña de Saab, a autorizar un acuerdo por las licencias tecnológicas de la firma sueca -que aún son de su propiedad- con los inversores chinos que estaban dispuestos a comprarla, ya que podría perjudicar sus propios intereses en el mercado de este país asiático.

Según la solicitud, los bienes de Saab Automobile están valorados en unos 3.000 millones de coronas suecas, menos de la mitad de lo que la firma debe a sus proveedores.

"Es el día más difícil de mi carrera, en realidad también de la historia de Saab. Pero no teníamos alternativa", dijo en rueda de prensa en la central de la firma en Trollhättan Victor Muller, director ejecutivo de SWAN y de su filial sueca.

Muller señaló que existen todavía inversores interesados en la empresa que podrían sacarla de la quiebra, y a pesar de que cualquier solución requeriría un acuerdo sobre las licencias con General Motors, no quiso cerrar ninguna puerta.

"Aunque esto pueda parecer el fin, no lo es necesariamente. Puede ser un principio y Saab puede levantarse como el ave fénix de sus cenizas", dijo Muller, si bien matizó que SWAN no formará parte de un hipotético futuro de la firma sueca.

Tanto los representantes sindicales como el gobierno municipal de Trollhättan, sede de la fábrica de Saab Automobile, se aferraron también a esa hipótesis para rechazar el final de la firma, que da trabajo a unas 10.000 personas, contando empleos indirectos.

El primer ministro, Fredrik Reinfeldt, se mostró cauto a la espera de la decisión del tribunal, aunque resaltó que el Gobierno está listo para lanzar un paquete de medidas de apoyo, que incluye las garantías del fondo estatal que permitirán a los empleados cobrar las nóminas de noviembre y diciembre.

La solicitud de quiebra supone suspender el proceso de reestructuración del fabricante sueco, cuya prolongación o paralización debía decidir hoy el mismo tribunal, tras la petición presentada hace unos días por el administrador judicial.

Ese mismo tribunal había autorizado el pasado 31 de octubre, tras una primera interrupción, a reanudar la reestructuración después de que días antes SWAN llegara a un acuerdo con los inversores chinos Youngman y Pang Da para venderles Saab por 100 millones de euros.

Pero la operación estaba parada desde hacía semanas por la negativa de General Motors a autorizar el acuerdo.

La multinacional estadounidense había rechazado también por el mismo motivo otra solución alternativa en la que SWAN mantenía una participación en Saab y un banco chino entraba como inversor.

Youngman y Pang Da pretendían invertir 610 millones de euros a partir de 2012, además de 50 millones comprometidos en un acuerdo de financiación puente, para llegar a vender cerca de 200.000 coches en 2016, la tercera parte de ellos en China, donde también se construirían vehículos, manteniendo además la planta de Trollhättan.

SWAN y los inversores chinos habían firmado hacía meses un acuerdo por el que éstos se comprometían a invertir 245 millones y participar en el accionariado de Saab Automobile.

Pero las dificultades económicas de la firma sueca, cuya producción está paralizada desde hace ocho meses y a cuyos empleados se les adeuda una nómina, provocaron el malestar de los inversores chinos, que dieron por roto el acuerdo y apostaron por la compra.

Saab Automobile suspendió pagos por primera vez en febrero de 2009 y permaneció seis meses bajo administración judicial.

A pesar de un préstamo de 400 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones avalado por el Gobierno sueco y de otras inyecciones de capital, la situación fue empeorando progresivamente.

La aparición hace casi dos años como compradora de la firma holandesa evitó que General Motors la desmantelara como tenía previsto.

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