La sombra de Yellen será alargada para Powell al frente de la Reserva Federal

  • Un desempleo no visto desde el año 2000 y la estabilidad financiera, los dos legados que deberá proteger el recién nombrado Jerome Powell.
Jerome Powell
Jerome Powell
EFE

El legado de Janet Yellen, marcado por un desempleo no visto desde 2000 y estabilidad financiera, será uno de los factores que condicionarán la labor de Jerome Powell, designado por el presidente Donald Trump para reemplazarla en la Reserva Federal (Fed) a partir de febrero de 2018.

El banco central estadounidense cuenta con un doble objetivo, la promoción del empleo y la estabilidad de los precios. De acuerdo con estos dos criterios, los cuatro años de Yellen al frente de la institución han sido un éxito; la tasa de desempleo ha pasado del 6,7% al 4,1%, y la inflación ha repuntado del 1,1% al 2,2% anual, en torno al objetivo anual del 2 % de la Fed.

La institución ha proseguido su gradual curso de ajuste monetario, con tres subidas de tipos en los últimos doce meses que los han dejado en el rango de entre 1 % y 1,25%, sin generar excesiva volatilidad en los mercados. De hecho, Wall Street lleva todo el año con registros de récords históricos, incluido el Dow Jones de Industriales, su principal indicador.

Por ello los analistas prevén que la gran baza de Powell, tanto por su fama de "forjador de consensos" como por haber sido miembro de la Fed desde 2012, sea su función como "continuador" de las políticas diseñadas por Yellen, tanto en política monetaria como en funcionamiento del banco central estadounidense.

La designación de Powell se enmarca en la tendencia, iniciada en 2006 y subrayada por Ben Bernanke en 2013 de "despersonalizar" la Fed tras las décadas de 1980 y 1990, dominadas por presidentes de gran carácter y peso específico, como Paul Volcker y Alan Greenspan, apuntó Nomura, la firma de inversión japonesa, en una nota a sus clientes.

"Bajo la presidencia de Powell, esta despersonalización de la política monetaria se podría acelerar aún más", indicaron los analistas de Nomura. Si bien este proceso es bienvenido mayoritariamente, puesto que permite que las decisiones sean más predecibles, también arroja algunas sombras acerca de su capacidad de reacción.

Para Chris Rupkey, economista jefe del banco neoyorquino MUFG, esto es fundamental, ya que "el presidente de la Fed necesita saber qué hacer cuando el camino se vuelve complicado". De ser confirmado por el Senado, Powell deberá pilotar a la Fed en torno a dos elementos clave en el futuro próximo.

Por un lado, la prometida reforma fiscal del presidente Donald Trump, basada en agudos recortes de impuestos, y cuyos efectos sobre la economía están por verse, aunque algunos economistas hablan ya de riesgo de sobrecalentamiento por el estímulo monetario.

Por otro, tras años de impulso monetario por parte de los grandes bancos centrales del mundo después de la aguda crisis de 2008-10, ya se están dando las primeras señales de marcha atrás, encabezadas por la propia Fed pero con marcadas diferencias de ritmo.

Esta semana, el Banco de Inglaterra anunció su primera subida de tipos en una década y el Banco Central Europeo (BCE) ha apuntado su intención de empezar a echar el freno monetario y poner tope a la multimillonaria inyección de liquidez

"El ciclo de política monetaria se ha dado la vuelta, pero lo de manera muy lenta", sostuvo Peter Dixon, economista en Commerzbank AG.

Powell deberá navegar estas complejas aguas y hacerlo, además, al frente del banco central más influyente del mundo.

La primera prueba de fuego serán las audiencias de confirmación en el Senado en diciembre, en las que previsiblemente será "ametrallado" a preguntas por los legisladores, y donde se empezará a dibujar el perfil de la nueva Fed dirigida por Powell.

"Le van a ametrallar en el Senado"

Peter Dixoneconomista en Commerzbank AG
Mostrar comentarios