La sostenibilidad es la clave del valor añadido de grandes marcas de consumo

  • Los expertos del foro organizado por La Información echan de menos el apoyo de la administración a la economía circular.
Foro La Información-Heineken, 'Sostenibilidad Empresarial'.
Foro La Información-Heineken, 'Sostenibilidad Empresarial'.

Los criterios de sostenibilidad que las empresas aplican a todos sus procesos de producción y gestión se ha convertido en una de las claves que sustenta el valor añadido de una buena parte de las grandes marcas de consumo, hasta el punto de convertirse a veces en el nuevo 'premium' que las diferencia, porque ya hay consumidores dispuestos a pagar más por productos elaborados con materiales sostenibles. Esa fue una de las conclusiones de los expertos participantes en el 'Foro sobre Sostenibilidad y Economía Circular', organizado por La Información y patrocinado por Heineken. El encuentro contó con la participación de Mauricio Domínguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken; Edith Guedella, jefa de Grupo de Carreteras y Medio Ambiente de Acciona; Alicia García-Franco, directora general de la Federación Española de Recuperación y Reciclaje; y Fernando Ferrando, Presidente de la Fundación Renovables.

Domínguez-Adame, de Heineken, aseguró que la economía circular es un elemento fundamental para resolver parte de los problemas a los que hoy día se enfrentan las empresas y la sociedad en general. Y, en este contexto, instó a valorizar más los productos que lleven elementos reciclables en su composición. “Ya hay generaciones que valoran esto y a las que les gusta llevar alguna prenda con componentes reciclados”.

Sin embargo, añadió que el conjunto de la sociedad “todavía no ha llegado a un grado de concienciación importante sobre el cambio de comportamiento hacia un modelo de economía mucho más compartida, de pago por uso, que no implique grandes ataduras a bienes materiales y duraderos”. Un nuevo modelo en el que el directivo echó en falta el apoyo de las administraciones públicas, tanto al uso de energías renovables como al reciclaje. “España podría avanzar más en estos temas si hubiera mayores incentivos por parte del Estado”.

Mauricio Domínguez-Adame
Mauricio Domínguez-Adame (Heineken).

Por otra parte, se mostró a favor de que las empresas grandes sean un ejemplo para las pymes. “En la estrategia de sostenibilidad de Heineken la economía circular es fundamental, tanto en la lucha contra el cambio climático (eficiencia en el uso de recursos como el agua, reducción de consumos de energías, renovables, etc.), como en la cercanía e impacto local de nuestra actividad. Además, en 2025 queremos que el 50% de las materias primas que utilizamos procedan de la agricultura sostenible. Y damos mucha importancia al comportamiento de nuestros proveedores ya que, por ejemplo, el 65% de las botellas que utilizamos están hechas con vidrio reciclado, y el 70% en el caso del aluminio de las latas”.

Nuevos nichos de negocio

La irrupción de la economía circular también está generando nuevos nichos y modelos de negocio, como explicó Edith Guedella, de Acciona. “Supone una gran oportunidad, que requiere nuevos emprendedores y start ups con una alta capacidad tecnológica e innovadora y en la que se necesita la participación de los distintos agentes de la cadena de valor.”

Edith Guedella

Edith Guedella (Acciona).

Según aseveró, “en Acciona llevamos muchos años implantando una política de sostenibilidad global, que va ligada completamente a la economía circular, sobre todo en construcción e infraestructuras, y que comprende aspectos como el aprovechamiento de materias primas y recursos sostenibles”. Esta política incluye, además, “una serie de compromisos como la reducción de emisiones y de la huella de carbono, el aprovechamiento de residuos y la mejora de materiales reciclados, que obligan también a la colaboración en este sentido por parte de nuestros proveedores”.

Por otra parte, indicó que “tenemos clientes como la administración noruega, que nos exige un análisis del ciclo de vida de las infraestructuras que les construimos, para poder garantizar su propio compromiso de reducción de emisiones”.

Alicia García-Franco, de la Federación Española de Recuperación y Reciclaje, recordó que la Comisión Europea destacó en su día cuatro ámbitos de desarrollo de la economía circular: producción, consumo, reciclaje y materias primas. “En los últimos cinco años se han modificado siete directivas de residuos, se han hecho muchas políticas para el plástico reciclado y se han cumplido las 54 medidas que propuso la CE, pero todavía queda un gran camino por avanzar”. A su juicio, “se ha puesto mucho el foco en los residuos y el reciclaje, pero poco en la producción, el consumo y las materias primas”.

Alicia García-Franco

Alicia García-Franco (FER).

Puso algunos ejemplos del esfuerzo realizado en el ámbito de los residuos. “En las baterías de plomo ácido de los coches y carretillas industriales alcanzamos niveles de reciclado de un 98,12%; todo el plomo que se consume en España es 100% reciclado; y en otros metales, alcanzamos también porcentajes muy altos; en el automóvil hemos conseguido un reciclaje cercano al 95%”. Por otra parte, García-Franco se mostró convencida de que “existe un nicho de mercado muy importante en la demanda de nuevos tipos de materiales reciclados”, aunque también reconoció que hay “otros materiales que todavía no cuentan con esta demanda”.

El papel del Estado

Fernando Ferrando, de la Fundación Renovables, recordó que “vivimos en un planeta al que cada 12 años se incorporan 1.000 millones de personas más y donde la densidad de población en los últimos 50 años se ha multiplicado por dos”. Y, a continuación, reivindicó una utilización de recursos naturales que vaya en consonancia con esta realidad. “Sin duda, las energías renovables son el futuro, pero hay que dar la vuelta a la ecuación y no hablar tanto de empresas, ofertas y propuestas, sino hacerlo más de la demanda y el comportamiento de las personas”.

Por otra parte, advirtió sobre las carencias en el papel del gobierno y de los organismos de control. “Está muy bien que las empresas reciclen, pero tenemos un déficit legislativo y regulatorio importante en relación al comportamiento de la economía y la sociedad para que no despilfarren recursos naturales”. Por ejemplo, “aún no tenemos una ley de cambio climático que sirva de paraguas a todos estos fenómenos; gravamos fiscalmente la electricidad sin diferenciar si se produce con carbón y gas o con renovables; la mayoría de la oferta de electricidad es engañosa y fomenta el consumo no responsable; no se potencia el ecodiseño, etc. Además, España es de los últimos países de la Unión Europea en impuestos medioambientales”.

Fernando Ferrando, 'sostenibilidad en las empresas'.
Fernando Ferrando
(Fundación Renovables).

A todo ello se une una insuficiente capacidad de maniobra por parte de las administraciones locales. “Nosotros hemos pedido la reforma de la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local para que los ayuntamientos cuenten con bastante más capacidad de la que tienen ahora para actuar en materia de sostenibilidad”.

Mayor concienciación

Los cuatro ponentes se mostraron de acuerdo en la necesidad de elevar la concienciación de la sociedad acerca de la economía circular. Edith Guedella apuntó que “los consumidores ya estamos cambiando y reciclando cada vez más, pero esta evolución se está produciendo lentamente”. Mientras que Alicia García-Franco recomendó “trabajar mucho en la educación de los niños para que entiendan lo antes posible por qué y para qué sirve reciclar”, aunque también reconoció que “cuando hemos intentado incorporar esta materia al sistema educativo nos hemos encontrado con muchos problemas por parte de la administración y de los propios colegios”.

El camino hacia la economía circular debería contar, según Domínguez-Adame, con más incentivos al uso de las renovables y al reciclado. “Nosotros, por ejemplo, queremos que todos nuestros productos se fabriquen exclusivamente con energías renovables, pero encontramos poca sensibilidad en las administraciones públicas ante iniciativas de este tipo”.

Finalmente, Fernando Ferrando apostó por realizar campañas para concienciar al público, en general, relacionadas con la generación de residuos y el reciclaje. Pero fue más allá e instó a las administraciones públicas a promover un nuevo modelo económico en el que los nuevos usos y comportamientos se basen más en la compartición y el pago por uso que en la propiedad. Además, dijo que “la sostenibilidad es responsabilidad de todos” y debe dejar de ser un ejemplo puntual de buenas prácticas para convertirse en “un comportamiento global de toda la sociedad”.

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