Bruselas, 1 jun.- Las instituciones de la Unión Europea (UE) celebraron hoy el resultado positivo del referéndum irlandés de ratificación del pacto fiscal de 25 países comunitarios, aunque su rechazo no hubiera frenado el tratado.
Los principales responsables comunitarios expresaron su satisfacción tras conocerse que en la consulta de Irlanda el pacto fue aprobado por el 60,3 % de los votos, frente al 39,7 % que lo rechazó.
"Con este voto, los irlandeses han dado su respaldo a su compromiso con la integración europea. El resultado es un paso importante hacia la recuperación y la estabilidad" en la UE y la eurozona, indicó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en un comunicado.
También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló que el resultado "representa un paso significativo hacia la recuperación de Irlanda y hacia su lugar en el corazón de la UE".
Barroso añadió, en otra nota, que el tratado es "un elemento clave" de la respuesta de la UE a la crisis, ya que la restauración de la sostenibilidad de las finanzas públicas sigue siendo un objetivo importante.
Para el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, "este es un día importante para Irlanda y para la Unión Europea".
Resaltó que "las reglas claras traen estabilidad, pero deben ir acompañadas de medidas significativas de crecimiento".
El principal objetivo del acuerdo es obligar a los países a incluir de manera vinculante y permanente en sus legislaciones o constituciones la llamada "regla de oro", destinada a limitar el déficit estructural anual (sin incluir los gastos e ingresos de carácter cíclico) al 0,5 % del PIB.
La Comisión elaborará informes sobre la introducción correcta del freno de deuda en las legislaciones por parte de cada país y, si persiste el incumplimiento, uno o más firmantes del acuerdo podrán llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE.
El pacto vincula a partir del 1 de marzo de 2013 la concesión de rescates a países a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) a la ratificación del pacto fiscal y su contenido deberá trasladarse a los Tratados de la UE en un plazo máximo de 5 años.
Los países tendrán que implantar un mecanismo automático de corrección de los desvíos de los objetivos del déficit o del camino de consolidación, así como tener en cuenta su impacto acumulativo en la deuda.
El pacto permite a los países, no obstante, desviarse de esos objetivos a medio plazo o del ajuste, pero solamente en circunstancias excepcionales como una "dura contracción económica".
El pacto presupuestario, un tratado intergubernamental que fue acordado en la cumbre europea del pasado 31 de enero, entrará en vigor el 1 de enero de 2013, si 12 países miembros de la eurozona han ratificado el documento, o el primer mes después del depósito de los instrumentos de ratificación de 12 Estados del euro.
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