La UE estudia hoy si la nueva disciplina requiere cambiar el tratado

  • Bruselas.- Los líderes de la Unión Europea comienzan hoy una cumbre de dos días en la que debatirán si las nuevas reglas de disciplina fiscal y macroeconómica que quieren adoptar requieren o no un polémico cambio del tratado.

Los líderes de la UE de acuerdo en crear un mecanismo de rescate permanente
Los líderes de la UE de acuerdo en crear un mecanismo de rescate permanente

Bruselas.- Los líderes de la Unión Europea comienzan hoy una cumbre de dos días en la que debatirán si las nuevas reglas de disciplina fiscal y macroeconómica que quieren adoptar requieren o no un polémico cambio del tratado.

La vía a una modificación del Tratado de Lisboa, para incluir sanciones todavía más duras y dotar a la zona euro de un mecanismo de rescate financiero permanente, fue abierta la semana pasada por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

En la cumbre bilateral celebrada hace diez días en la localidad francesa de Deauville, ambos instaron a sus socios europeos a empezar a trabajar ya para una revisión del tratado que se limite a esos dos asuntos, pero las reacciones han sido muy frías, por no decir hostiles.

Merkel tendrá muy difícil convencer a los socios europeos de la necesidad y oportunidad de reformar el Tratado, cuando todavía no ha cumplido un año de vida y necesitó casi diez para ver la luz.

Por razones de política interna, el Gobierno alemán quiere que el tratado de la Unión autorice claramente el establecimiento de un mecanismo permanente, como último recurso, para el rescate de un Estado de la zona euro en riesgo de quiebra.

La "facilidad" financiera creada "in extremis" durante la crisis de la deuda griega de la pasada primavera sólo tiene validez hasta 2013 y Berlín siempre ha temido que su existencia sea denunciada ante el Tribunal Constitucional alemán como una violación del texto europeo.

Paralelamente, Alemania también insiste en que el tratado admita, como sanción política suprema la posibilidad de retirar temporalmente el derecho de voto en el Consejo de la UE al Estado miembro que viole repetidamente las reglas de disciplina.

De momento, Merkel sólo ha conseguido el apoyo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero a un alto precio.

Alemania ha tenido que aceptar que las futuras sanciones financieras contra los países poco rigurosos en sus políticas económicas no sean automáticas y que el afectado tenga una última oportunidad de bloquearlas en el seno del Consejo de ministros, si reúne una mayoría de dos tercios.

El cambio de actitud, que se anunció en la cumbre bilateral franco-alemana de Deauville, supone una concesión de envergadura a Francia que ha sorprendido a numerosos socios y, por encima de todos, al Banco Central Europeo (BCE).

El compromiso franco-alemán ha permitido, no obstante, que se cerraran los trabajos del grupo especial que, bajo la presidencia de Herman Van Rompuy, ha preparado desde mayo la reforma de las reglas de gobernanza económica en Europa.

El cometido de este grupo, situado al margen aunque no del todo fuera de los mecanismos de decisión habituales de la UE, ha sido sacar todas las consecuencias de la grave crisis de la deuda pública en Grecia, que estuvo a punto de arrastrar a toda la zona euro en mayo, y propiciar el consenso entre los ministros de Finanzas sobre los cambios necesarios.

Se espera que los líderes respalden hoy las conclusiones del grupo Van Rompuy, en las que ya se indica que algunas reformas, como el establecimiento de un mecanismo permanente de resolución de crisis presupuestarias, pueden "requerir cambios en el tratado".

La manera en que Merkel y Sarkozy anunciaron el pasado día 18 su acuerdo sobre la necesidad de reformar el tratado -mientras los veintisiete ministros de Finanzas estaban reunidos en Luxemburgo tratando de cerrar el informe del grupo Van Rompuy- no ha gustado a nadie.

Los líderes europeos también tienen previsto preparar hoy las importantes citas internacionales en las que participará la UE en las próximas semanas: la cumbre bilateral con el presidente estadounidense, Barack Obama, la del G-20 en Seúl y la de Cancún (México) sobre el cambio climático.

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