La Unión y los liberales alemanes inician otra semana de negociaciones enzarzados en polémica

  • Berlín.- Los partidos de la Unión de la canciller alemana, Angela Merkel, y los liberales iniciaron hoy su segunda semana de negociaciones para la formación de una nueva coalición de gobierno, enzarzados en la polémica sobre la reducción de impuestos.

Berlín.- Los partidos de la Unión de la canciller alemana, Angela Merkel, y los liberales iniciaron hoy su segunda semana de negociaciones para la formación de una nueva coalición de gobierno, enzarzados en la polémica sobre la reducción de impuestos.

La Unión -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)- y los liberales (FDP) se acusan mutuamente de mantener posiciones inmovilistas y mostrar poca disposición al compromiso, los primeros acusando a los segundos de olvidar el agujero presupuestario que grava las arcas alemanas.

"El FDP mantiene sus aspiraciones en materia de política fiscal", insistió Hermann-Otto Solms, candidato liberal a esa cartera en el nuevo gobierno, pese a que este fin de semana había reconocido en declaraciones a la prensa que será difícil, ante la precariedad económica, imponer sus tesis.

Por su parte, el secretario general de la CDU, Ronald Pofalla, descartó la posibilidad de acordar rebajas fiscales a crédito, tras recordar que este año será el de mayor retroceso económico en la historia de Alemania Federal y que "los próximos también serán años de crisis".

Mientras los liberales exigen reducciones fiscales por un volumen de hasta 35.000 millones de euros, la Unión considera que no hay dinero para financiar mas allá de unos recortes tributarios de 15.000 millones de euros.

Pese a todo, el socio menor virtual de la coalición reconoce que será muy difícil aprobar reducciones fiscales inmediatas, si bien reclama que se den los primeros pasos el año próximo.

A lo largo de la semana, las delegaciones negociadoras de los tres partidos deberán abordar otras áreas en las que existen diferencias, como la sanidad, el medio ambiente y el mercado laboral.

Mientras, aumentan las voces desde el sector económico que reclaman iniciativas del nuevo gobierno para ayudar a mejorar la coyuntura nacional y relanzar la actividad económica.

El presidente de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), Hans-Peter Keitel, exigió reformas radicales, ya que "si queremos preparar al país para el futuro se deben tomar esas medidas ahora".

En parecidos términos se expresó el presidente de las Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DHIK), Hans-Heinrich Hoffmann, quien reclamó una revisión de todo el gasto público para facilitar la reducción de impuestos.

El Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW) de Berlín reclamó que el gobierno controle con firmeza el nuevo endeudamiento, y reclamó un curso claro a la hora de sanear los presupuestos.

Dicho instituto cifró en 75.000 millones de euros el déficit presupuestario para 2009 y de hasta 125.000 millones de euros en 2010, como consecuencia de la reducción de los ingresos tributarios y el gasto en los programas coyunturales para relanzar la economía.

Por su parte, el poderoso sindicato del sector servicios Verdi defendió la subida de algunos impuestos para mantener bajo control el endeudamiento público.

"Alemania ha reducido en los últimos años los impuestos sobre fortunas, beneficios empresariales y salarios punteros. Si no se hubiese hecho así, tendríamos 105.000 millones de euros de ingresos suplementarios al año", dijo el presidente de Verdi, Frank Bsirske.

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