Ankara.- La visita a Turquía de la canciller alemana, Angela Merkel, no ha logrado acercar las posturas de los dos países en los grandes temas multilaterales de la agenda, Irán y el acceso de Ankara a la UE, aunque sí parece haber conseguido un entendimiento sobre la apertura de colegios turcos en Alemania.
Merkel y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, continuaron hoy en Estambul el encuentro iniciado el lunes en Ankara con una agenda más relajada, marcada por visitas culturales a Santa Sofía y a la mezquita de Sultanahmet y por encuentros con alumnos del Instituto Alemán y clérigos de un templo protestante germano.
El ambiente distendido se dejó ver incluso en la broma que Erdogan lanzó a Merkel durante un concierto en el consulado alemán en Estambul.
"Conozco este consulado muy bien, caminé por él mucho mientras esperaba largo tiempo para los trámites del visado", dijo Erdogan en referencia a los problemas de los turcos que solicitan los papeles para ir a Alemania.
La canciller recogió el guante más tarde, durante un foro económico germano-turco, y explicó que "se podrían dar visados por periodos largos a estudiantes y empresarios". Ya la jornada anterior, Merkel había propuesto "trabajar en ello juntos".
La jefa del Gobierno alemán consideró posible establecer un acuerdo de visados de entrada múltiple por cinco años.
Pero la visita por la Capital Cultural de Europa y las buenas palabras no ocultan que Erdogan y Merkel no se han acercado un milímetro en temas de mayor enjundia: Irán y la UE.
Respecto al polémico programa nuclear iraní, el mandatario turco rechazó la política de mano dura y sanciones por la que apuesta la UE y Estados Unidos e insistió en que el camino es el diálogo.
"En vez de sanciones, proponemos diplomacia. El mejor camino es la diplomacia", sentenció el mandatario turco ante una Merkel que expresó su deseo de ver a Ankara alinearse con la estrategia de sanciones que defienden Estados Unidos y la Unión Europea.
Respecto a las relaciones Bruselas-Ankara, la jefa del Gobierno alemán reiteró su postura a favor de una "asociación privilegiada" de la UE con Turquía, una opción que Ankara rechaza, pues aspira a entrar en la comunidad como miembro de pleno derecho.
Merkel definió su propuesta como una "relación muy especial" y abogó por continuar las negociaciones, aunque destacó que para ello Turquía ha de cumplir los acuerdos establecidos en el "protocolo de Ankara" y desbloquear el conflicto con Chipre.
"En estos momentos, dar un paso hacia adelante pasa por la solución del problema de Chipre. Lo que importa aquí es que Ankara cumpla con el Protocolo", subrayó Merkel, en relación a la negativa turca de permitir a los barcos y aviones de Chipre, miembro de la UE, entrar en sus puertos y espacio aéreo.
En el campo más positivo, la prensa turca ha destacado como un éxito de la visita oficial el consentimiento de Merkel a la petición de Erdogan de abrir escuelas turcas en Alemania.
Esa propuesta, lanzada antes de la visita, había sido rechazada por Merkel, quien argumentó la necesidad de que los inmigrantes aprendan el idioma alemán como parte del proceso de integración al país de acogida.
Erdogan respondió con críticas al "odio y rencor contra Turquía", en un cruce de declaraciones que ensombrecieron el ambiente justo antes de la llegada de Merkel a suelo turco.
"Hemos discutido y alcanzado un punto común de acuerdo", dijo Merkel el lunes, y precisó que aceptaba los colegios turcos en su país siempre y cuando ello no sea usado como excusa para no aprender el alemán.
Por su parte, Erdogan anunció que el Parlamento turco aprobará una ley sobre la apertura de una universidad alemana en Estambul, para la cual ya se ha destinado un amplio terreno.
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