El trabajo para toda la vida ha muerto: renacen los 'freelance' y la economía GIG

  • No todo en este nuevo modelo es precariedad. También hay profesionales con experiencia que cobran mucho por proyecto y jóvenes que crean start up.
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EUROPA PRESS

Ser el líder de la oficina, calentar la silla, hacer horas sin rendimiento, tener un trabajo fijo con una nómina asegurada, no tener la maleta o el ordenador siempre a punto... es cosa del pasado. Y el que no se de cuenta, dirá adiós al mercado laboral. Lo pronosticó Bill Clinton hace ya algunos años: las empresas subcontratarán, sin tecnología no habrá futuro, la seguridad laboral será una quimera, y habrá que empezar a trabajar en la universidad. La realidad ha demostrado que sabía lo que decía. Sus pronósticos ya tienen un nombre: economía GIG o Trébol, y ya está aquí. El término se lo debemos a Tina Brown, directora entre otras revistas de Tatler, Vanity Fair y The New Yorker.

GIG no es sinónimo o no debería serlo de precarización... o no solo. Cuando se habla de GIG también se apunta a una persona altamente especializada y cualificada que es requerida para un trabajo específico y que elige ese modo de vida, explica José Manuel Casado, socio director de 2C Consulting. "Para este tipo de trabajo se requiere experiencia o ser muy joven y emprendedor porque es el método de muchas start up. En muchos casos se busca para un proyecto a alguien muy determinado y se le paga muy bien".

Spain is different

España avanza en el camino, pero aún nos queda porque el 58% de los trabajadores 'freelance' reconoce que lo hace por un escaso salario y porque no le queda más remedio. Estamos ante un país en el que casi dos tercios de los jóvenes sufren los trabajos temporales. No ocurre lo mismo en la cultura anglosajona donde profesionales como médicos, terapeutas, abogados, o diseñadores apuestan por este tipo de trabajo de forma voluntaria en más de seis de cada diez casos. Y otro mito a derrumbar. El trabajo independiente no está dominado por millennials. Solo son una cuarta parte del total de trabajadores independientes, según se desprende del informe de la consultora McKinsey  'Trabajo independiente, elección, necesidad y la economía GIG'.

Airbnb, Uber, Etsy, Upwork, , Lyft, TaskRabbit, Freelancer.com, Thumbtack, o eBay han revolucionado el mundo del mercado laboral. Entre el 20% y el 30% de la población en edad de trabajar en los Estados Unidos y la UE-15 ya lo hacen de forma autónoma, no todos por gusto sino por obligación. Un 30% lo pone en práctica por absoluta necesidad y la mitad de ellos para completar su salario.

La transformación del trébol

El futuro del trabajo será así o no será. El 40% de la fuerza de trabajo en las empresas de mayor rendimiento ya son profesionales independientes, según desvela el informe de Field Nation, 'The Rise of the Blended WorkForced in The New Gig Economy' donde se pronostica que esta forma de empleo se incrementará hasta un 70%.

Estamos viviendo una transformación que ya se denomina en el ambiente empresarial 'las empresas trébol', donde un tercio del trabajo se hará internamente (empleados en plantilla y directivos), un tercio de las tareas serán subcontratadas (outsourcing) y el otro tercio se cubrirá con trabajadores por proyectos, freelance, especialistas etc. de los que echarán mano según proyectos, picos de actividad, ciclos económicos o necesidades puntuales.

"Estamos ante el broker de talento, se busca el perfil idóneo se le ficha y se le paga. El trabajo para toda la vida en el mismo lugar ha muerto. Las multinacionales seguirán teniendo empleados pero solo los Ronaldo y Messi serán intocables. Estábamos en un modelo descendiente de la revolución industrial y eso se acabó. Es una de las grandes transformaciones del mundo de hoy", explica Casado.

La otra cara de la moneda, tal y como ha criticado en más de una ocasión la Organización Internacional del Trabajo son los abusos bajo la ropa de la modernidad y la eficiencia. El acceso limitado a los seguros de desempleo, la inexistencia de compensaciones laborales, la falta de aplicación del salario mínimo o las leyes antidiscriminación. Eso, y el futuro de las jubilaciones en el modelo de economía socialdemócrata.

El fenómeno es imparable y ha dado lugar también a un efecto colateral. La economía compartida. Esta podría ser una casa vacante o una habitación libre (Airbnb, VRBO, HomeAway, FlipKey, Onefinestay), un automóvil (Getaround, SnappCar, BlaBlaCar), equipo de fotografía y video (KitSplit, ShareGrid), ropa usada (Rentez-Vous, Rent the Runway) e incluso yates (Boatbound). Una nueva forma de relacionarse con el mundo. Sus efectos llegan ya al empleo clásico con "bancos de horas", retribuciones en especie... un shock para el que hay que estar preparado. Y para el que calentar silla, no vale.

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