Lamy reconoce irse con pena de la OMC por no concluir la Ronda de Doha

Madrid, 5 abr.- El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, ha reconocido abandonar con "pena" su cargo a finales de agosto al no haber concluido la Ronda de Doha, que persigue la liberalización de los aranceles a nivel mundial.

Durante su intervención en el Foro Nueva Economía patrocinado por Asisa, BT y Red Eléctrica de España, Lamy ha asegurado, no obstante, que la capacidad ejecutiva de la OMC en estas negociaciones comerciales multilaterales "es limitada", ya que depende también de la voluntad de acuerdo de países como Estados Unidos o China.

Lamy ha confiado, sin embargo, en que en la próxima reunión que se celebre a finales de año pueda "haber alguna buena noticia" sobre la simplificación de los procedimiento aduaneros en el mundo, y ha reiterado que una regulación internacional fronteriza sería lo más beneficioso.

Ha asegurado que el coste de transportar bienes y servicios a través de las fronteras se sitúa cerca del 10 %, lo que supone "un problema importante" y ha apostado por reducirse este coste de la burocracia fronteriza.

En el mismo sentido, Lamy también ha abogado por un tratado multilateral que proteja las inversiones extranjeras en países como Argentina o Bolivia.

Cuando se va a cumplir un año de la expropiación de la empresa española YPF en Argentina, el director general de la OMC ha indicado que hay unos 5.000 tratados de protección de inversiones bilaterales pero ninguno multilateral y "esta es una pieza muy importante que falta en la Gobernanza global".

Al respecto, ha dicho que será China la que pueda impulsar esta regulación mundial debido a que con la gran expansión de este país y de sus inversiones en el extranjero "le interesará objetivamente sugerir que se llegue a un régimen de inversiones donde las reglas del juego sean internacionales".

Pascal Lamy abandonará la dirección de la OMC antes de que el 1 de septiembre y ha reconocido que concluye su mandato con sentimiento de responsabilidad por no haberse cerrado las conversaciones de Doha, aunque también ha señalado que lo importante no es un acuerdo "estético" sino abrir el comercio a "un campo de juego igualitario".