Las cuentas de una Cataluña independiente, campo de batalla electoral

  • Cataluña es la locomotora de España, su región más rica, la que más exporta y la que más turismo recibe. Pero ante la perspectiva de una secesión tras las elecciones del 27 de septiembre, crecen los temores de un descarrilamiento.

Los independentistas defienden todo lo contrario. Una Cataluña independiente tendría un PIB por cápita superior a la media europea, dispondría de un superávit de 11.500 millones de euros, impuestos más bajos, pensiones más altas y mejores prestaciones sociales, aseguran.

Estos argumentos parecen convencer a un segmento importante del electorado que, según los últimos sondeos, daría una mayoría parlamentaria a las dos listas independentistas suficiente, en su opinión, para lanzar su proceso de secesión.

La cuestión divide al empresariado de esta región que atesora un 19% del PIB español. La principal patronal catalana, Foment del Treball, mostró recientemente su preocupación "ante este debate político que pone en cuestión la pertenencia a la Unión Europea".

Otras asociaciones empresariales, entre ella la patronal de las pymes, lanzaron por su parte un manifiesto apoyando el derecho a la autodeterminación de Cataluña y rechazando los "miedos, temores e injerencias" del mundo económico.

Hasta el momento, la mayoría de empresarios guardaban silencio ante los planes de secesión del gobierno regional de Artur Mas. Pero con las elecciones a la vuelta de la esquina, algunos empiezan a alzar la voz.

Uno de ellos es José Luis Bonet, el presidente de los cavas Freixenet, líder mundial en el sector de los vinos espumosos. Para él "una declaración de la independencia unilateral sería un desastre para la economía catalana", dijo a la AFP.

Para su empresa, que exporta un 80% de sus productos, la secesión y una probable salida de la UE implicaría pagar aranceles en sus exportaciones. "Eso es un aumento del precio, un riesgo claro de pérdida de mercado y por lo tanto los recursos productivos no serían los mismos".

Sus 1.200 trabajadores en Cataluña "podrían verse afectados por este asunto", dice.

Ramir de Porrato, fundador de una pequeña empresa tecnológica dedicada principalmente a la exportación, no contempla una salida de la UE porque "España sería la primera perjudicada".

Para él, la independencia "es una enorme oportunidad". "Ahora hay un déficit de infraestructuras brutal, eso encarece la exportación, muchos vuelos internacionales pasan por Madrid, los impuestos que pagamos se van todos al resto de España, ¿y aquí que?", se queja.

Un nuevo Estado catalán invertiría en estas infraestructuras reclamadas largamente en la región, como una mejor conexión ferroviaria con Europa o más autovías gratuitas, asegura.

"Mis productos llegarán más rápido y con menor coste, tendré más competitividad, podré facturar más y generar más puestos de trabajo".

El dinamismo de la economía catalana responde en gran parte a sus exportaciones, principalmente de automóviles, bienes de equipo, productos químicos y agroalimentarios.

En 2014, alcanzaron los 60.194 millones de euros (un 25,1% del total español). Pero su comercio todavía es dependiente del mercado español, que absorbe un 41,3% de sus ventas.

Estas cifras podrían verse afectadas por una hipotética secesión, advierte un informe del ministerio de Exteriores español, que calibra el impacto en una pérdida de entre el 10 y el 20% del PIB catalán.

Y, advierte el ministerio, en el informe "no se valoran los probables efectos sobre la salida de capitales e inestabilidad financiera".

Estos temores contrastan con el optimismo de los independentistas, muchos de ellos convertidos a raíz de la crisis económica que acrecentó un sentimiento de maltrato fiscal y falta de inversiones desde Madrid resumido en un elocuente "España nos roba".

Según las cuentas del gobierno regional, la región pierde cada año unos 15.000 millones de euros en impuestos pagados al Estado que no retornan en inversiones. Otros estudios reducen estas pérdidas a 3.000 millones.

"Algunos hablan de las incertidumbres de la independencia, pero ahora tenemos la seguridad de la macrodependencia económica del Estado español y para Cataluña esta seguridad es un desastre", dijo el lunes Artur Mas.

Desde su coalición Junts pel Sí (Juntos por el sí) no contemplan una salida de la UE o, al menos, del espacio económico europeo porque ello repercutiría también negativamente en España y en Europa.

"No olvidemos que el 70% de las mercancías españolas que van a Europa por vía terrestre pasan por Cataluña", dijo el economista Oriol Amat, uno de los candidatos de esta coalición.

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