Tras un mes y medio de funcionamiento, el tope al gas en el mercado ibérico ya forma parte de la vida cotidiana de los españoles, que notan su impacto en los primeros recibos eléctricos tras su implantación. Tomando como punto de partida el precio de la luz entre el 1 y el 31 de julio, los datos disponibles en la web del operador del sistema (OMIE) muestran cómo el 44,7% del importe total de la factura eléctrica corresponde al mecanismo de ajuste puesto en marcha por el Gobierno para compensar a las eléctricas por desacoplar este hidrocarburo del resto de fuentes energéticas.
Durante el séptimo mes, el precio de la luz en el mercado regulado registró un precio medio de 258,1 euros, de los que 142,6€ corresponden a la subasta del mercado (pool) y 115,5€ al ajuste. El precio de la subasta es, por tanto, un 54,4% superior al precio medio de julio del año pasado. Sendos estudios realizados por OCU y FACUA muestran cómo el recibo de la luz de julio fue el segundo más caro de la historia; pese a la aplicación de esta medida y la bajada del IVA de la electricidad al 5%.
El sistema de precios marginales vigente en Europa obliga a que toda la electricidad se pague al precio que fije la última unidad producida, que suele corresponder al gas. Una vez aprobada la excepción para España y Portugal que rompe con este sistema, el Gobierno de Pedro Sánchez quiere liderar la iniciativa que extienda el conocido como 'tope al gas' a todos los países de la UE, visto el contexto energético que se avecina. Para muestra, el precio futuro del gas TTF para 2023, de referencia en el Viejo Continente, que desde el 1 de junio se ha disparado un 45% y ya supera los 150 euros/MWh, condicionando las tarifas del próximo invierno.
La medida puesta en marcha por el Gobierno -tras obtener el visto bueno de la Comisión Europea- entró en vigor el pasado 15 de junio y limita el precio del gas para la generación eléctrica a un precio de 40 euros/MWh durante los seis primeros meses, hasta el 15 de diciembre de 2022. Posteriormente, eleva ese valor en otros 5 euros/MWh cada mes hasta alcanzar un precio de 70€/MWh en junio de 2023, el precio que se consideraba de referencia. El objetivo de la medida pasa por garantizar un precio accesible durante el próximo invierno, cuando se intensifica el uso del gas, resultando en un valor medio de 48,8 euros por MWh durante un periodo de doce meses.
La factura eléctrica de julio para clientes del mercado regulado (PVPC) fue un 18,9% superior a la de junio. La culpa la tuvo, principalmente, una ola de calor que se alargó durante una semana y que obligó a tirar de las centrales de ciclo combinado, aumentando el peso del gas en el mix energético. Estas subidas no afectan a los consumidores que tengan su contrato en el mercado libre -la mitad de los españoles-, pero sí tendrán que abonar el ajuste del tope al gas cuando les toque renovar su contrato. Pese a ello, el precio pagado fue un 26% inferior a la media europea, donde se superó ampliamente la cota de los 300 euros/MWh.
El diseño del sistema de precios marginales está lastrando los precios en todo el continente. En Alemania, la luz marcó un precio medio de 315€/MWh durante julio, llegando a alcanzar los 400€ y triplicando su precio en un año tras los cortes de gas ruso. Precisamente ese precio es el alcanzado de media en Francia, afectada por graves problemas de seguridad en sus centrales nucleares. Los futuros eléctricos amplían el precio de la electricidad en el país galo hasta los 500€/MWh para el próximo año.
El mercado de futuros, en tendencia creciente desde principios de año tras subir un 16,9% sus precios, sitúa el precio medio de la luz en España en 211€/MWh para 2023. En la actualidad, y con la medida de ajuste activa, el precio registrado este julio ha sido un 18% inferior al que se habría pagado de no contar con el tope al gas, que habría superado los 300€/MWh.
Hasta entonces, los consumidores españoles afectados por la compensación a las gasistas también seguirán subvencionando la factura de nuestros vecinos, que aprovechan para comprar la máxima energía posible a España a un precio muy barato y sin tener que pagar compensación alguna. Las interconexiones, según la patronal Aelec, funcionan al máximo de saturación: Portugal aprovecha el mecanismo diseñado por Teresa Ribera para importar el doble desde España y así utilizar menos gas en sus centrales para rebajar la factura de sus ciudadanos. Las conexiones con Francia y Marruecos también están activas. La cumbre de la OTAN se saldó con la reapertura del Medgaz, después de ser cerrado por Argelia; y en el caso de Francia, durante los seis primeros meses se exportó el equivalente a 20 barcos metaneros, engordando así la factura a pagar por los españoles.
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