Las empresas ven la luz al final de túnel y mejoran sus resultados un 18%

A falta de una recuperación contundente, autoridades y analistas españoles continúan escudriñando cada dato que se publica en busca de un brote verde, un indicio que permita intuir que las cosas van a ir a mejor en el futuro.

Este lunes el Banco de España ha publicado su Central de Balances, el informe que constituye la principal referencia a la hora de conocer cómo están evolucionando los resultados empresariales, y hay buenas nuevas.

Después de que los beneficios empresariales se redujeran prácticamente a cero en 2012 como consecuencia de las millonarias provisiones que tuvieron que dotar las sociedades para absorber la pérdida de valor de los activos en su cartera, el panorama parece haber mejorado sensiblemente este año y hasta septiembre los beneficios empresariales han repuntado un 18%.

Según José Luis Malo de Molina, director del Servicio de Estudios del Banco de España, este dato permite asegurar que "al igual que España ha salido de la recesión, las empresas empiezan a notar cierta mejora en forma de una moderación en la caída de la actividad y un aumento de los beneficios".

El dato tiene su truco. El excedente de las empresas cayó un 99,8% el año pasado y, por tanto, ese salto del 18% se produce prácticamente sobre cero. Es un alza más espectacular que relevante.

¿Qué ha provocado este salto? En primer lugar por orden de importancia el fin del proceso de saneamiento realizado por las empresas sobre sus balances, particularmente en 2012, que les ha obligado a reconocer fuertes depreciaciones en el valor de sus activos. "Algunas de éstas ya se están recuperando este año", asegura Malo de Molina.

El segundo factor es el fiscal. El desplome de los beneficios empresariales ha rebajado un 25% la factura fiscal a la que tienen que hacer frente las empresas, lo que se ha traducido en una mejora automática de sus resultados en lo que va de 2013.

El último elemento de esta situación es una importante moderación en el deterioro de los resultados ordinarios de las empresas, los relacionados con el funcionamiento cotidiano del negocio, sin tener en cuenta efectos fiscales ni resultados coyunturales.

Éstos continúan siendo negativos, como reflejo de la debilidad del consumo interno y el contexto económico, pero han suavizado sensiblemente su perfil negativo del 25,5% registrado el año pasado a un 13,2%.

El dato, además, está contaminado por el impacto negativo de las empresas energéticas en la foto general. Sin éste, los resultados ordinarios de las empresas habrían mejorado un 1,1%, un cambio de tendencia.

Ha contribuído en parte a esta mejora el éxito de las empresas a la hora de mirar hacia el exterior. Según la Central de Balances del Banco de España, el peso del sector exterior en las empresas españolas escaló desde el 17,9% al 19,4% el año pasado.Sobrevivir a la crisis

Hasta aquí la parte positiva. Los datos del Banco de España reflejan el esfuerzo realizado por las empresas españolas para reducir su endeudamiento, ajustar sus gastos de personal y sanear sus balances, pero, aún así, continúan arrastrando ciertos desequilibrios.

La prueba es que un tercio de las empresas controladas por la Central de Balances siguen adelante sin ganar un solo euro con su negocio.

En realidad, ganar sí ganan con su actividad, pero los ingresos que obtienen no son suficientes para enjugar la factura que les supone su endeudamiento. En otras palabras, que se los comen las deudas.

El caso más dramático es el de ese 32,2% que están perdiendo dinero por continuar su actividad (31,8%, el año pasado), pero el porcentaje se dispara hasta el 60% si incluimos las que ni ganan ni pierden o las que ganan menos de un 5%.

La rentabilidad media de las empresas españolas estaba al cierre del tercer trimestre del año en el 0,5%. En realidad, los resultados de sus actividad son más positivos: 3,9%, pero la factura de los intereses (3,4%) se come esos beneficios.