Las escritoras Ribsa y Hoffman se reencuentran con la oscura España de los 50

  • Las escritoras Rosa Ribas y Sabine Hofmann se han reencontrado para escribir la segunda novela protagonizada por la periodista de sucesos Ana Martí y ambientada en los años cincuenta, "El gran frío", donde sus investigaciones se enfrentarán "a lo más oscuro del mundo rural", en una España "negra".

Madrid, 2 jul.- Las escritoras Rosa Ribas y Sabine Hofmann se han reencontrado para escribir la segunda novela protagonizada por la periodista de sucesos Ana Martí y ambientada en los años cincuenta, "El gran frío", donde sus investigaciones se enfrentarán "a lo más oscuro del mundo rural", en una España "negra".

Tras el éxito de "Don de lenguas", Rosa Ribas (Prat del Llobregat, Barcelona, 1964) y Sabine Hofmann (Boschum, Alemania, 1964) han vuelto a trabajar juntas para la segunda parte de esta trilogía de novela policíaca publicada por Siruela, y que se inicia cuatro años después del final de la primera.

Así, de su trabajo como novata cronista de sociedad en "La Vanguardia" en Barcelona, que la llevó a investigar el asesinato de una conocida viuda de la burguesía, Ana Martí reaparece en esta nueva novela como reportera de "El caso", eso sí, ocultando que es una mujer tras un seudónimo.

No eran tiempos para que una joven trabajara como periodista de sucesos, explica Rosa Ribas en una entrevista con Efe en la que describe a Ana Martí como una mujer con la mentalidad de la época pero con ambiciones y sueños, que acepta figurar como cronista de sociedad, algo que entonces era "algo aceptable e incluso respetable".

En febrero de 1956, Ana tendrá que desplazarse a un remoto y aislado pueblecito del Maestrazgo aragonés para cubrir el caso de una niña "a la que le han brotado los estigmas de la Pasión", un suceso que no es el único extraño ocurrido en la localidad, y tras el que aparecen los más bajos instintos de la condición humana.

"En la primera novela aparecía una Barcelona muy gris pero cuando la contrastas con el mundo rural de la segunda novela, sales del gris para pasar al negro, un mundo mucho más atrasado", explica Ribas.

La escritora recuerda así que en la fase de documentación que han realizado para el libro han visto reportajes del NODO que presentaban como folclóricos aspectos de algunas poblaciones rurales que en realidad eran "espeluznantes".

La trama refleja el "shock" que vive la protagonista al verse aislada por la nieve en este paisaje agreste, de donde procede la familia de la escritora, donde el fanatismo religioso hace de las suyas alimentado por la ignorancia y el aislamiento.

Ribas considera que los periodistas de la época que trabajaban para "El Caso" fueron "los pioneros del periodismo presencial", en una época en la que estaban sometidos a una censura férrea, de tal forma que había instrucciones para que sólo se reflejara en el periódico un caso de crimen nacional, si ya estaba resuelto mejor, para transmitir la idea de "lo bien que trabajaba la Policía".

El paso de la España incipientemente urbana a la rural más profunda ha sido consciente, señala Ribas, que ha indicado que no querían encasillarse en un entorno determinado y hacer "más de lo mismo".

Por eso también han puesto el límite de tres novelas a las aventuras de la periodista: "tres libros está bien, cierras un ciclo. Las series larguísimas acaban en lo que queremos evitar, lo mecánico. Es mejor dejar ganas de más que aburrir", sostiene la escritora barcelonesa, autora también de la trilogía protagonizada por la comisaria hispanoalemana Cornelia Weber-Tejedor.

Tanto Ribas, que reside en Alemania desde 1991, como Hoffman son filólogas, una profesión que trasladan a la novela negra cuidando al máximo el vocabulario y los diálogos.

"Hay mucha novela policíaca que, centrada en la acción, descuida el lenguaje", señala la autora que sostiene que "forma y contenido deben ir a la par".

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