Las previsiones económicas de la Comisión Europea "no dejarán lugar a la complacencia"

  • La Comisión Europea publicará mañana unas previsiones económicas que "no dejarán lugar a la complacencia" por parte de los países de la UE y de la eurozona, que se enfrentan a la amenaza de una nueva recesión por la crisis de la deuda soberana.

Agencia Efe

El comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn advirtió ayer, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea (Ecofin), que el informe de otoño que presentará será complicado para el conjunto de los Veintisiete y, previsiblemente, para los Diecisiete que comparten la moneda común, incluido para la locomotora alemana.

"Nuestras previsiones económicas de otoño van a mostrar claramente que no hay lugar para la complacencia", señaló.

Hace una semana, el nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, también advirtió de que el crecimiento lento en la eurozona "se dirige hacia una recesión suave a finales de año, un temor que comparten también el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otras instituciones y organismos.

La eurozona espera que su plan anticrisis que aprobó en la cumbre de jefes de Gobierno y de Estado del pasado 27 de octubre sea suficiente para frenar la crisis, aunque los mercados han demostrado en los últimos días que no confían tampoco en esta estrategia.

El epicentro de la crisis, Grecia, ha revuelto en los últimos días de nuevo las aguas, y las olas de la inestabilidad política y económica helena ha llegado también a las orillas italianas, donde el rendimiento de los bonos a diez años alcanzó hoy el 7,093 %, superando así los niveles del 7 % que muchos analistas describen como un "punto de no retorno" que ya obligó a Irlanda, Grecia y Portugal a pedir el rescate a las autoridades europeas.

Con este escenario, la crisis de la deuda europea se verá claramente reflejada en las previsiones económicas de otoño de la Comisión Europea, que, en su informe de primavera todavía estaba relativamente optimista en cuanto al crecimiento para 2011 y 2012.

Entonces, auguró un crecimiento de la UE del 1,8 % en 2011 y del 1,9 % de 2012, mientras que predijo un avance del 1,6 % para este año y del 1,8 % para el próximo para la eurozona.

En el caso de España, la Comisión Europea manejó datos que apuntaba a un crecimiento del 0,8 % para 2011 y del 1,5 % para 2012.

En su informe interino publicado en septiembre, rebajó un punto porcentual sus previsiones para este año de la UE, mantuvo las respectivas a la eurozona y también las referidas a España.

El servicio de Estudios del BBVA vio el martes crucial adoptar medidas de ajuste en el gasto público ante el riesgo de caer en una nueva recesión económica debido a que han aumentado "considerablemente" los factores de riesgo por la crisis de la deuda soberana y la incertidumbre sobre el sector financiero.

Según el informe "Situación España", la economía española decrecerá en el cuarto trimestre del año tras estancarse en el tercero, aunque mantiene su previsión de crecimiento del PIB en el 0,8 % para todo 2011.

Sin embargo, en 2012 la entidad financiera ha rebajado en tres décimas el crecimiento de la economía española que estima en el 1 %, y advierte de la elevación del paro a tasas del 21,5 % este año y del 22,1 % para el que viene y un empeoramiento de las expectativas de trabajo.

La vicepresidenta del Gobierno español, Elena Salgado, ha asegurado el martes en Bruselas que las previsiones de crecimiento que tiene el Ejecutivo son más positivas que las de la mayoría de analistas, y ha advertido que "es bueno esperar" a que se publiquen los datos oficiales.

Las perspectivas económicas de la Comisión Europea permitirá conocer sus proyecciones sobre algunas de las economías más afectadas por la crisis de la deuda soberana, como Grecia, Portugal o Irlanda.

El Ejecutivo comunitario publica sus predicciones cuatro veces al año: dos ejercicios completos en primavera y otoño, más otros dos intermedios con estimaciones sobre el PIB e inflación de las siete principales economías europeas, que representan en torno al 80 % del Producto Interior Bruto europeo.

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