Las tres claves del acuerdo del Eurogrupo para salvar la economía común

Había que salvar a Grecia y, salvándola, había que proteger al resto de Europa, empezando por España e Italia, las economías al borde del rescate por la dilatación de un acuerdo en torno a la crisis helena. Y parece que los líderes del Eurogrupo han alcanzado un término medio.

Tras horas de reuniones bilaterales, citas a tres y almuerzos conjuntos, los 17 países de la moneda común ya saben cómo salir del atolladero griego. Éstos son los tres rasgos fundamentales de un consenso que no se firmó hasta que cayó la noche:

1) La segunda ayuda a Grecia (y la dulcificación de la primera). Habrá segunda parte en el rescate a las finanzas helenas. El volumen ascenderá a 110.000 millones en forma de préstamos concedidos por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional hasta 2014.

Pero esto no es todo. También había que dar facilidades para el pago del primer rescate. En ese sentido, se alargarán los plazos y se rebajarán los tipos de los préstamos ya concedidos por la UE a Grecia para hacer más sostenible su deuda. El descuento será del 5% actual al 3,5%. Y, respecto a los plazos, se pasará de los siete años y medio que se exigía en estos momentos a quince como mínimo y con la posibilidad de llegar a 30 (con diez años más de carencia).

Las mismas condiciones se aplicarán tanto a Irlanda como a Portugal, sin exigir a cambio al Gobierno de Dublín nuevas medidas, como que aumente el impuesto de sociedades.

2) La banca tendrá que poner de su parte. Pese a las reticencias lideradas por Francia (y compartidas por España y el Banco Central Europeo), habrá participación privada en el nuevo paquete de ayudas. De una forma concreta, se establecerá un programa de canje o renovación de los bonos griegos que vencen en los próximos años por otros a 30 años.

Finalmente, los bancos tendrán que poner en juego hasta 135.000 millones de euros durante los próximos 30 años, según ha especificado Sarkozy. Merkel, por su parte, cifró en 50.000 la aportación más inmediata hasta 2014, y de esta última cantidad, 12.600 millones se destinarán exclusivamente a la recompra de bonos griegos por parte de las entidades interesadas.

3) El nuevo cortafuegos para España e Italia. El plan no se reduce a solucionar lo que ya estaba deteriorado, sino que se fija en las siguientes fichas del dominó de la crisis. Para ello, se prevé flexibilizar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros de la UE, permitiendo que dé créditos preventivos y recapitalice los bancos de países con problemas, aunque no hayan sido rescatados.

Es decir, el fondo de rescate también podrá financiar directamente bancos en problemas a través de préstamos a los gobiernos, incluso aunque no estén intervenidos.

Todo esto supondrá que si Madrid y Roma se ven con problemas para afrontar sus deudas podrían recurrir a estos préstamos sin necesidad de mentar el fantasma del rescate.

Finalmente, los líderes europeos quieren que el mecanismo compre deuda en el mercado secundario y asuma así el relevo del Banco Central Europeo (BCE).

Pero... ¿Grecia entra en impago o no?

En definitiva, el plan se basa en el acuerdo alcanzado la madrugada del jueves por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Ambos mandatarios han abandonado la idea francesa de crear una tasa a los bancos para financiar el segundo rescate griego.

Sin embargo, uno de los mayores problemas del acuerdo es que la participación del sector privado será calificada con toda probabilidad de impago parcial (selective default) por las temidas e influyentes agencias de rating.

A este respecto, Sarkozy dijo que no le preocupaba, que ya garantizarían los países miembros el pago de los bonos griegos. "Lo que vamos a hacer por Grecia, no lo haremos por ningún otro país de la eurozona", aseguró.