El proyecto, cuya elaboración ha durado más de tres años, hace referencia al mandato de las sentencias penales, que muchos legisladores y activistas han advertido que a menudo no se corresponden con el tipo de delitos por por los cuales los sentenciados fueron enviados a prisión.
"Estados Unidos mete en la cárcel más ciudadanos que cualquier otro país de la tierra", declaró el número dos la bancada demócrata, Richard Durbin, al presentar el texto con colegas de ambos partidos.
"Las penas mínimas obligatorias antes eran consideradas como muy disuasivas, (pero) en realidad, a menudo son injustas, irresponsables desde un punto de vista presupuestario, y una amenaza para la seguridad pública", añadió.
Es raro que demócratas y republicanos se pongan de acuerdo en cualquier tema, y ha costado más de tres años a este grupo de senadores alcanzar un compromiso, que constituye el primer intento creíble a nivel federal de revisar dos décadas de experimentación penal que han llenado las cárceles sin hacer nada contra la reincidencia, y costando una fortuna a los contribuyentes.
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