Los líderes de la Unión Europea han apelado este jueves a la unidad de los Veintisiete para acordar soluciones energéticas ante el auge de los precios de los mercados frente a las reticencias de algunos socios europeos como Alemania y Países Bajos, que se cierran a medidas inmediatas para poner un techo al precio de las compras de gas.
Todos los países han de actuar en conjunto para bajar los precios en el mercado global, ha señalado en Bruselas, lo que, a su juicio, pasa por coordinarse con otros compradores, como Corea del Sur y Japón, y con los aliados del club de naciones industrializadas del G7, que son proveedores.
"Hay que hablar de esto. Son instrumentos que se deben debatir de forma intensa porque tienen que funcionar. Nadie quiere quedarse sin gas", ha asegurado el canciller. Ante la perspectiva de una cumbre europea larga y compleja por la falta de consenso entre socios, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha llamado a mantener la unidad de acción europea y ha apelado directamente a Alemania para que las propuestas sobre energía que ahora cuentan con "amplio consenso" puedan encontrar "la unanimidad".
"Tenemos una unidad muy amplia, voy a trabajar con el canciller Olaf Scholz. Creo que no es bueno para Alemania ni para la UE que se aísle", ha señalado el mandatario galo en declaraciones antes de la cumbre. Entretanto, el canciller alemán, Olaf Scholz, uno de los grandes reticentes a aplicar medidas como un precio máximo al gas, ha defendido "encontrar una forma" de apoyar a todos los Estados miembros a bajar los precios en el mercado, al tiempo que ha alertado de que se tienen que "discutir a fondo" los instrumentos a emplear.
"Las medidas tienen que funcionar, nadie quiere quedarse sin gas. El debate es cómo hacemos para bajar los precios y a la vez tenemos suficientes suministros"
"Tienen que funcionar, nadie quiere quedarse sin gas. El debate es cómo hacemos para bajar los precios y a la vez tenemos suficientes suministros en Europa", ha apuntado el dirigente germano. "Situaciones excepcionales, respuestas excepcionales", ha defendido el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insistiendo en que "un acuerdo es posible" en materia energética para hacer frente a un mercado que "no funciona con normalidad" y amenaza a la prosperidad económica de Europa.
Por su lado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido el papel de España a la hora de avanzar en respuestas a la crisis energética tras lograr el mecanismo ibérico de control de precios en la cumbre de marzo. "Tenemos legitimidad de decir que llegamos tarde, pero nunca es tarde si la dicha es buena. La dicha es proteger a nuestra economía frente a un chantaje", ha afirmado.
Ante la posibilidad de que el encuentro de jefes de Estado y de Gobierno se alargue por la falta de unanimidad en materia energética, Sánchez ha ironizado con que estaría "encantado de desayunar" con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte.
Por Bruselas han desfilado líderes favorables a aprobar medidas a nivel europeo para intervenir el mercado y rebajar los precios de la energía. Caso del primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, que ha reclamado que pese a que "quedan muchas preguntas por resolver todavía", hay que afrontar soluciones europeas. "El siguiente nivel es ver qué hacemos como Unión. La única salida es trabajar juntos", ha subrayado.
Su colega lituano, Gitanas Nauseda, ha sido uno de los líderes más claros en su apoyo al tope al precio del gas y, pese a la oposición de Alemania y Países Bajos, no ha descartado llegar a un acuerdo durante la cumbre sobre esta medida. "Espero que los colegas cambien un poco de mentalidad y tengamos posibilidad de compromiso. A veces estos compromisos se consiguen en el último minuto", ha recalcado.
"La discusión va a ser muy intensa y una noche larga", ha vaticinado la primera ministra estonia, Kaja Kallas, que ha instado a que todos los socios europeos lleguen con "voluntad de compromiso" para pactar soluciones a la situación en los mercados.
