Pico de 291,73 euros

Lo peor está por venir: el precio récord de la luz presagia un 2022 catastrófico

El nuevo techo marcado por el precio de la factura eléctrica adelanta un año duro los bolsillos de los consumidores europeos, con el gas disparado por la demanda asiática y la incertidumbre de la vía rusa. 

Una factura del consumo de luz, a 10 de septiembre de 2021, en Madrid (España). El precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista batirá un nuevo récord este viernes al alcanzar los 152,32 euros por megavatio hora (MWh), su mayor precio de la historia y un 7,5% superior al registrado en el día de hoy (141,71 euros). De este modo, será el viernes más caro desde que hay registros y también el día más caro de toda la historia al haber superado el récord anterior, alcanzado este mismo jueves (141,71 euros). 10 SEPTIEMBRE 2021;PRECIO;LUZ;FACTURA;ESCALA;RÉCORD Eduardo Parra / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 10/9/2021
Lo peor está por venir: el récord histórico del precio de la luz abre la puerta a un 2022 catastrófico para los consumidores.
Europa Press

Da igual cuándo lea este artículo: la luz ha vuelto a subir. Hoy el precio de la energía marcará un récord histórico, alcanzando los 291,73 €/MWh. Una cifra inimaginable hace apenas un año y que supera en más de tres euros el marcado el pasado 7 de octubre, momento en el que se situaba en unos, hoy añorados, 288,54 €/MWh.

Las causas siguen siendo las mismas que en las alzas anteriores y que continúan pulverizando las estadísticas sin misericordia. El elevado precio del gas propiciado por la insaciable demanda asiática, el incomprensible aumento del coste del CO2 y el sistema marginalista, que solo es criticado cuando entran las energías más caras en su composición. Estos factores forman la triada explosiva que hace cada vez más complicado que el Gobierno haga realidad su palabra de que los españoles paguemos el precio de la luz en unas cifras similares a las que abonamos en 2018.

La situación no es mucho mejor en el resto de Europa. Francia, país nuclear por excelencia, se abalanza hacia los 350 €/MWh, una cantidad similar a los más de 300 €/MWh que marcará la energía en Reino Unido, Italia o Alemania en los próximos días. Pero si el presente es poco alentador, menos lo es el mercado de futuros. En las principales agencias de análisis ya anticipan que el precio de la energía seguirá marcando máximos hasta bien entrado 2022. Si hace un mes se ponía la fecha límite en el primer trimestre del próximo año, en la actualidad, la tendencia es que, en 2022, el precio de la electricidad se estabilice.

Y eso no es una buena noticia. Por el contrario, la estabilización de precios en el techo de los 300 €/MWh sería catastrófico por los efectos ya conocidos sobre la inflación y sobre las previsiones de crecimiento económico del país. Al margen de ello, lo peor de la palabra “estabilización” es su condición de eufemismo hacia una realidad mucho peor: 2022 será el peor año de la historia en cuanto a precios energéticos se refiere.

La energía condiciona 2022

El precio del gas, elemento fundamental en la determinación del precio de la electricidad, no tiene visos de solucionarse tras la primavera de 2022. La demanda asiática continúa su crecimiento constante, lo que encarece el precio real de los buques de GNL que antes tenían como destino las estaciones de regasificación europeas. Junto a este factor, la delicada situación en Ucrania amenaza, aun más, el precario escenario del suministro energético en Europa. El TTF holandés se mantiene en una escalada sin precedentes desde el mes de septiembre y vaticina nuevos récords para enero y febrero. Todo eso suponiendo que la tensión entre Moscú y Kiev no termine por romperse y provoque la temida falta de suministro de gas en Europa.

Cumpliendo las leyes de la oferta y la demanda, en ese caso, el precio del gas alcanzaría niveles nunca antes vistos y en un momento en el que Europa mantiene por debajo de lo planeado sus reservas estratégicas. El precio de llenar la despensa energética de Europa sería estratosférico y siempre que las amenazas del presidente Lukashenko, de cerrar el grifo del gas a la UE en caso de que esta imponga sanciones a Rusia, no se cumplieran. En ese caso, los bolsillos de los europeos tendrían que prepararse para lo peor.

Junto al gas, el otro factor que determinará al alza el precio de la electricidad en 2022 será el coste del CO2. Los analistas internacionales han advertido de la espiral diabólica en la que se ha convertido un producto impositivo, que fue diseñado para desincentivar la emisión contaminante, por otro radicalmente diferente y reservado sólo para aquellos que se pueden permitir el lujo de contaminar.

Greg Sharenow, gestor de la firma de inversión Pimco, ha puesto de manifiesto el efecto del coste del CO2 sobre las materias primas. “Estimamos que la subida de los precios del carbono en el último año ha elevado el nivel en el que los precios del gas natural motivan la sustitución por el carbón entre 15 y 20 euros por MWh, una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que el gas europeo cotizaba a 15 euros hace tan solo un año”. Es decir, simplemente el coste del CO2 ha provocado el encarecimiento en una parte considerable del gas, que, a su vez, retroalimenta el precio de la electricidad exponencialmente. El escenario en el mercado del CO2 para 2022 tampoco es optimista. Por el contrario, en un sector en el que las energías convencionales son cada vez más residuales, lo lógico es que aumenten cada vez más, hasta el momento en que no sean necesarias en un escenario que tardará aun varias décadas en aparecer.

Por último, el denostado sistema marginalista está sometido a un estrés nunca antes visto. El precio de la luz ofrece unas curvas que más parecen una montaña rusa que una fría estadística económica, pasando de costes cercanos a cero en las horas valle a otras de 250 €/MWh en cuestión de minutos. Esta inestabilidad e imprevisibilidad de precios es la gran enemiga para la planificación del sistema energético, desbordado ante tantas variables que escapan de su control.

2021 terminará con balance negativo para el precio de la electricidad en España, pero no será el fin de la escalada. Supondrá, en el mejor de los casos, un pico sobre el que se construirá una meseta por la que transitará 2022 gracias a la “estabilización”, un concepto discutido y siempre discutible. 

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