Teruel también existe y su aeropuerto es un tiro... mientras Castellón no despega

  • El aeródromo turolense es el mayor aparcamiento de aviones de Europa, mientras que los 'malditos' de Ciudad Real o Murcia están en dique seco.
Aeropuerto de Teruel
Aeropuerto de Teruel
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Los aeropuertos españoles van como un tiro y batieron en 2018 un nuevo récord de pasajeros hasta alcanzar los 263,7 millones en las 50 infraestructuras que gestiona AENA, empresa que mejoró en un 7,8% su beneficio neto hasta alcanzar los 1.327 millones de euros. En el ranking destacan el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, con 57,8 millones de viajeros, Barcelona (50,1) y Palma (29,1). Incluso, otros aeropuertos cuyo modelo de negocio no es el tráfico de pasajeros sino el de mercancías, como los de Zaragoza o Vitoria también cosecharon excelentes números.

Sin embargo, en principio, sobran a aeropuertos -lo aseguró la Unión Europea-, y algunos apenas realizan operaciones y reciben viajeros o mercancías. Son aeropuertos (casi) sin aviones. En 2018, por ejemplo, el de Albacete recibió 1.295 pasajeros, el que menos de toda la red de AENA, y el de Huesca, denominado en su día 'el aeropuerto fantasma', 1.473. Y lo mismo se puede decir de los de Salamanca, Logroño, Córdoba, Burgos, Badajoz… Otra cosa es la situación de los aeropuertos ‘malditos’ nacidos con el boom inmobiliario, como los de Ciudad Real, que se llevó por delante a Caja Castilla-La Mancha.

La infraestructura de Ciudad Real está cerrada desde el año 2012 y ahora pretende ser reflotado por Ciudad Real International Airport (CRIA) del empresario Rafael Gómez Arribas; o el de Castellón, la obra del condenado presidente de la Diputación castellonense, Carlos Fabra, y que en 2018 apenas tuvo 56 operaciones, Falcon de Sánchez incluido; o el de Murcia, que acaba de iniciar sus operaciones a mediados de enero, 16 años después de iniciarse su construcción y de estar acabado, aunque sin actividad, desde 2012.

Pero entre los nuevos aeropuertos españoles también hay casos de éxito, como el de Teruel, sin apenas pasajeros ni vuelos comerciales, pero convertido en uno de los 'aparcamientos' de aeronaves más grandes de Europa, con más de 9.000 operaciones aéreas en los últimos cinco años, con escuela de pilotos, mantenimiento de aeronaves, investigación aeronáutica, base de helicópteros, ensayos de motores… que lo han convertido en una referencia mundial para el sector aeronáutico y aeroespacial.

Incluso el aeródromo Huesca-Pirineos, pese a sus aún pocas operaciones, ha logrado aumentar las mismas un 473% en el último año gracias, en buena medida, al fútbol y al ascenso de la SD Huesca a Primera División. Y es que han sido varios los equipos, Real Madrid incluido, que se han desplazado a la ciudad aragonesa en avión para disputar sus encuentros, lo que ha disparado las operaciones en el otrora denominado 'aeropuerto fantasma' porque allí no había ni aviones ni pasajeros. El propio presidente del club blanco y de ACS, Florentino Pérez, voló en un avión privado al aeropuerto de Huesca el pasado 12 de diciembre para presenciar el encuentro entre el Huesca y el Real Madrid y volver inmediatamente a la capital para presidir la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, que se celebró en el Santiago Bernabéu.

Teruel Plata, acrónimo de Plataforma Aeronáutica de Teruel, existe, funciona y es rentable. Las instalaciones aeroportuarias construidas en Caude sobre la antigua base militar, comprenden una extensión de 340 hectáreas y tienen capacidad para operar aeronaves hasta clase E (Boeing 747, Airbus A340). Costó 40 millones de euros y fue construido por las aportaciones del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Teruel y, aunque fue inicialmente concebido como un aeropuerto de pasajeros, algo absurdo en una ciudad de cerca de 35.000 habitantes, enseguida cambió su modelo de negocio.

En él no se verá a turistas acarreando su maletas ni mostradores de facturación ni tiendas duty free ni paneles informativos con los vuelos… Posiblemente no lo conocerán ni las agencias de viaje, pero su negocio va viento en popa, a diferencia de otros aeropuertos regionales de España, y es el aparcamiento, reciclaje y mantenimiento de aviones, que lidera la empresa Tarmac, filial del gigante aeronáutico europeo Airbus. Así, se ha convertido en un gran centro de aparcamiento de aeronaves y en uno de los mayores talleres mecánicos de Europa. Además, de centro de formación de pilotos, de ensayo de drones o de investigación.

El aeródromo turolense, con capacidad para acoger a 500 grandes aeronaves, cerró 2018 con 5.062 operaciones, frente a las 4.108 de 2017, y ya genera, de hecho lo hace desde el año 2016, más gastos que ingresos, cuenta con 10 empresas instaladas en él, con más de 130 proveedores, prevé ampliar sus instalaciones con nuevos hangares y solo Tarmac, que espera desguazar 50 aviones al año en Teruel en poco tiempo, cuenta ya en el aeropuerto con 90 trabajadores y pretende ampliar su plantilla hasta los 150 empleados para el año 2020. De hecho, el aeropuerto de Teruel acaba de logar en China el Premio Mundial QIA en la categoría de administración pública gracias a su labor en materia de innovación. “El aeropuerto es un gran generador de actividad y un motor económico para Teruel”, explica la alcaldesa de la ciudad, Enma Buj.

Apenas a 100 kilómetros de Teruel, el aeropuerto de Castellón, la obra del que fuera sempiterno presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, y una infraestructura que costó 150 millones de euros y siempre ha estado rodeada de polémica y salpicada por casos de corrupción, con esponsorizaciones ilegales y cambio de concesionaria, ahora mismo es la francesa EIDES, no acaba de arrancar. El que fuera llamado en su día 'el aeropuerto sin aviones' lo sigue siendo, o casi.

Las estimaciones del año 1998 eran que por la terminal del aeropuerto, que funciona al margen de AENA y está en manos entidad pública Aerocas, pasaran 500.000 pasajeros, pero desde que en septiembre de 2015 aterrizara en sus pistas el primer avión, solo han sido 400.000 pasajeros, algo menos de 150.000 el pasado año 2018. Actualmente el aeropuerto, lo hacen las compañías Ryanair y Blue Air, opera nueve conexiones a la semana, tres con Londres y dos con Bucarest (Rumanía), Poznan (Polonia) y Sofía (Bulgaria), pero, aunque en la temporada alta estival se programan nuevos vuelos, está muy lejos de ser rentable. El aeropuerto está intensificando su promoción ante los turoperadores y pretende además hacerse un hueco en el mantenimiento de aeronaves.

Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha y compañero de partido de Puig, avala el intento de renacimiento del aeropuerto de Ciudad Real, cerrado y sin actividad desde 2012, y que ahora pretende ser reflotado con la empresa CRIA, de Rafael Gómez Arribas, que se hizo con las riendas de la infraestructura en el proceso concursal de la misma por 56,2 millones de euros y espera poder comenzar a operar, principalmente en uso industrial, pero también con algunas líneas operadas con compañías de bajo coste, durante esta primavera. Mientras, el de Ciudad Real sigue siendo otro aeropuerto sin aviones, aunque García Page acaba de decir que "tiene mucho futuro".

El 19 de diciembre de 2009 despegaba el primer avión del aeropuerto de Ciudad Real, entonces se llamaba Don Quijote, que había costado cientos de millones de euros y supuso, en buena parte, la quiebra de Caja Castilla-La Mancha y la Cámara de Comercio de Ciudad Real estimaba que podría albergar 3,3 millones de pasajeros anuales en un escenario optimista y 1,1 en otro peor. No se cumplieron ni una ni otra, ni mucho menos, y el último avión rodó por su pista en septiembre de 2011. El aeropuerto quebró, dejó en la calle a cientos de trabajadores y en 2012 cerró definitivamente sus puertas.

Hasta ahora. Hace unos días CRIA, que ya dispone de la correspondiente licencia para operar, firmaba un acuerdo con la empresa norteamericana Skydweller para desarrollar un proyecto de fabricación de aviones que, en un primer momento, supondrá la creación de 40 puestos de trabajo, la mayoría de ingenieros y técnicos de alta cualificación, con la previsión de llegar a un centenar en 18 o 20 meses tras una inversión inicial de 5 millones de euros ampliable a 40 en dos años. Page ha declarado que, "hay que acabar con el estigma del aeropuerto de Ciudad Real, que "tiene mucho futuro" y que "creará cientos de puestos de trabajo". De momento sigue siendo un aeropuerto sin aviones. Dicen que antes de que acabe esta primavera…

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