Los agentes culturales suspenden al funcionamiento de la industria en españa


Los agentes culturales ponen de nota un suspenso alto (4,5) al sector cultural español, según el estudio "El estado de la cultura en España 2013", presentado hoy por la Fundación Alternativas.
El informe, elaborado a partir de una encuesta a 304 expertos, da como resultado una puntuación de 4,5 para la cultura en España -frente al aprobado ajustado de 5,1 obtenido en su primera edición del 2011-, una media por debajo del límite del aprobado, pero en un nivel todavía que un profesor universitario calificaría tanto de suspenso alto como de cercano al aprobado.
Las mejores calificaciones son para la cultura española en su relación con las redes y soportes digitales, tanto desde el punto de vista de la creación como de los propios usuarios. Las peores, para las políticas públicas culturales, tanto interiores como de cooperación y proyección exterior. La tónica evaluadora se repite por esferas de actividad, sectores y profesionales.
Por esferas de actividad, resalta en los resultados el contraste entre el aprobado alto obtenido por las valoraciones de la creación (5,7) y del uso de la cultura (5,4) frente al suspenso medio de la producción/edición (4,7) o de la distribución (4,5), frente al suspenso sin paliativos obtenido por las políticas públicas culturales (3,4) y la proyección exterior de nuestra cultura.
En cuanto a sectores, el único aprobado claro es para las artes plásticas (5,2). En cambio, cosechan suspensos rotundos las artes escénicas (3,8), la música y la industria discográfica (4,1), los videojuegos y la industria multimedia (4,6), la creatividad publicitaria y el diseño (4,5), el cine y lo audiovisual (4,4).
Por profesiones, destaca la valoración de los gestores de la cultura (productores, editores y distribuidores) que detentan la opinión más optimista sobre el estado de la cultura española, con un 4,6 cercano al aprobado. En el otro extremo, los creadores ofrecen la visión menos optimista con un 4,3.
La edición 2013 del estudio incorpora cuatro preguntas de actualidad sobre el tratamiento fiscal de la cultura en España. Sus calificaciones, bajísimas, no dejan lugar a dudas de la rotundidad y contundencia de la condena del mundo cultural español al sistema fiscal aplicado a la cultura española y, muy especialmente, al IVA cultural aplicado desde el último cuatrimestre de 2012, una cuestión a resolver de manera urgente, según ha defendido el catedrático Enrique Bustamante, director del equipo de investigación que ha llevado a cabo el estudio.
En cuanto a la piratería, los agentes culturales piden generar mayor conciencia de que el contenido cultural debe ser pagado, al tiempo que critican el anteproyecto de Ley de Propiedad Intelectual presentado por el Gobierno porque “no contribuye al desarrollo de la industria cultural ni al equilibrio entre los derechos de los titulares y el acceso de los ciudadanos a los contenidos culturales y de entretenimiento”.
PUNTOS FUERTES
El 'top' de las diez puntuaciones más altas revelan el optimismo por el futuro de la cultura en España en relación con las redes y soportes digitales, aunque con optimismo más moderado que en 2011.
Los creadores están aprovechando las nuevas redes para conectar con sus públicos (7,2), las redes digitales potencian la capacidad del boca a boca de los usuarios (7,1), los usuarios disponen en Internet de una gran libertad de elección (6,4), los autores están beneficiándose de las nuevas tecnologías para aumentar su creatividad (6,5), y aunque con menores valoraciones, las nuevas redes permiten una gran participación de los usuarios en la creación cultural (5,8), las redes digitales reducen drásticamente los costes de la cultura y permiten su democratización (5,8) y, finalmente, las redes digitales garantizan el derecho de acceso a la cultura (5,6).
PUNTOS DÉBILES
Las puntuaciones mínimas de la encuesta en 2013 se agrupan ostentosamente en torno a las políticas públicas culturales, tanto interiores como de cooperación y proyección exterior: seis de las respuestas peor valoradas corresponden con el papel del Estado en la cultura: las políticas públicas de cooperación son suficientes y efectivas (2,7), las políticas públicas defienden la remuneración justa del autor (3,1), estimulan la sostenibilidad económica de la cultura (3,2), fortalecen el tejido industrial de la edición/producción (3,4) o incentivan el intercambio y la diversidad intercultural (3,4), los medios públicos impulsan la producción independiente (3,3).
Tampoco la proyección exterior de las pymes es vista como suficiente (2,7), los creadores no reciben una remuneración justa para mantener su trabajo (3,0) y, finalmente, los intercambios culturales con la Unión Europea son insuficientes y poco equilibrados (3,4) en opinión de los encuestados.

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