París, la llamada Ciudad de la Luz, sumida en la oscuridad. Ésa es la imagen que se van a encontrar a partir del próximo 1 de julio los turistas que visiten la capital francesa y que merodeen por las calles más allá de la una de la madrugada.
La razón será un Decreto aprobado por el Gobierno de Francia que restringe la iluminación de oficinas y locales comerciales durante buena parte de la noche con el objetivo ahorrar energía y preservar el medio ambiente. La oscuridad, por tanto, no será completa, permanecerá la iluminación de las calles, de las viviendas particulares y de los edificios públicos.
La nueva regulación establece que los escaparates de las tiendas tendrán que apagar sus luces a partir de la una de la madrugada como muy tarde y no podrán volverlas a encender hasta las siete, con la excepción de algunas fechas a lo largo del año que sean consideradas especialmente señaladas, según ha explicado el Ministerio de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía.
La normativa permitirá a las prefecturas (una suerte de delegaciones del Gobierno) fijar excepciones a esta regla para las vísperas de festivos, la Navidad u otros acontecimientos "excepcionales" de carácter local; o bien en lugares de especial interés turístico, lo que podría salvar, por ejemplo, las luces rojas del Moulin Rouge.
Salvo en esos casos excepcionales, las iluminaciones de fachadas de edificios comerciales o de oficinas no podrá comenzar antes de la salida del sol y habrán de terminar como muy tarde igualmente a la una de la madrugada.
El decreto también establece que las luces interiores de uso profesional de los establecimientos deberán apagarse como mucho una hora después de la salida del personal, según el decreto, que entrará en vigor el próximo 1 de julio.
Francia es el octavo país del mundo por consumo de electricidad y también figura en el top 10 de los que presentan un mayor consumo per cápita. Un francés consume de media un 30% de electricidad al año que un español.
Ahorro energético
El Ministerio precisó que esta medida podría ahorrar dos teravatios hora de energía cada año en Francia, lo que equivale al consumo anual de unos 750.000 hogares y evita la emisión de 250.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2).
La reducción del impacto sobre el medio ambiente es otro de los argumentos que han justificado el decreto según el Gobierno, ya que "las iluminaciones artificiales nocturnas pueden constituir una fuente de perturbaciones significativas para los ecosistemas al modificar la comunicación entre especies, las migraciones, los ciclos de reproducción o el sistema presa-depredador".
También justificó el dispositivo porque las luces nocturnas en la calle afectan al sueño de las personas.
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