Los bancos de inversión meten miedo a las cajas por sus salidas a bolsa

  • Las mayores cajas de ahorros reconvertidas en bancos tendrán que salir a bolsa contra viento y marea, con unos ratios como mínimo difíciles de vender a los inversores. Los bancos nacionales y extranjeros que tendrán que colocar y asegurar las acciones se van a poner muy exigentes. Las comisiones pueden batir récords.
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E.Utrera

El reloj corre para las cajas de ahorros, se hayan reconvertido en bancos o no. Y muy rápido. Todas las entidades que no coticen en bolsa o tengan un 20% de su capital en manos privadas antes del próximo mes de septiembre deberán tener un core capital o ratio de solvencia del 10%. Un objetivo sólo al alcance de unos pocos privilegiados.

Por lo tanto, la salida a bolsa es prácticamente la única opción para los nuevos bancos que tienen tamaño para ello. Es decir, para las que tienen un activo total de al menos 50.000 millones de euros y una buena historia que contar a los inversores.

O al menos, no demasiado mala, como es el caso del Banco Financiero y de Ahorros–liderado por Caja Madrid y Bancaja-, Banco Base–por CAM y Cajastur- y Banca Cívica–por Caja Navarra y Caja Burgos-.

Los tres grupos ya han anunciado sus planes para empezar a cotizar. La primera ya ha contratado al banco de inversión Lazardpara poner en marcha la operación, que tendría lugar la próxima primavera. El primer problema, y el más grave, es la valoración de los nuevos bancos.

"La situación no puede ser más compleja. Los grandes inversores ya le están diciendo a las cajas que están dispuestos a pagar por sus futuras acciones sólo la mitad de lo que las entidades creen que valen", asegura el primer ejecutivo de un gran banco de inversión internacional, que advierte que "las cajas tendrán que ser muy generosas. No están para ajustar mucho la valoración, precisamente".

Como referencia, el negocio bancario de La Caixa–con un coeficiente de solvencia o core capital del 9,9%- se ha valorado en 0,8 veces el valor en libros. Para el resto de entidades, cuyo core capital es significativamente inferior –Banco Financiero el 7,04%, Banco Base el 8,2% y Banca Cívica el 8,1%- los descuentos en el caso de una salida a bolsa deberían ser claramente superiores.

En este escenario, y con como mucho un par de trimestres por delante para poner las cajas en orden, los bancos nacionales e internacionales se están peleando por vender y asegurar las acciones de las cajas reconvertidas en bancos, cuyas salidas a bolsa por valor de unos 5.000 o 6.000 millones de euros van a dejar importantes comisiones por el camino.

Pero, al mismo tiempo, saben que se enfrentan a riesgos sin precedentes en operaciones de este tipo. "Hay que salir a bolsa antes de septiembre. No se sabe cómo pueden estar los mercados en ese momento, ni el apetito inversor… Asumimos un riesgo muy alto que se traducirá en las los precios que vamos a cobrar por nuestro trabajo", aseguran en un gran banco español.

Alto riesgo

Por lo tanto, las cajas de ahorros reconvertidas en bancos pueden tener que pagar las comisiones de colocación y aseguramiento más altas de todos los tiempos. Asegurar una operación supone que una entidad bancaria se compromete a quedarse con todas las acciones que no suscriban los inversores a los que se dirige la oferta.

Por lo tanto, el riesgo es muy alto en unas salidas a bolsa marcadas por la dura realidad de la difícil situación financiera de las entidades, tocadas por los multimillonarios préstamos concedidos a promotores y constructores, por la gran erosión de los márgenes generada por la guerra de los depósitos y por sus multimillonarios próximos vencimientos de deuda.

En las últimas grandes OPV en España, como la de Amadeus –que resultó un completo éxito- las comisiones de dirección, aseguramiento y colocación supusieron el 1,5% de la oferta. Es decir, unos 23 millones de euros. Según los expertos consultados, el porcentaje será sensiblemente superior si las ofertas de las cajas salen adelante.

Además, hay que tener en cuenta que las operaciones serán necesariamente grandes, tal y como establece la normativa bursátil. Es decir, que las cajas tendrán que colocar al menos el 25% del capital. Y que una parte deberá ser vendida a inversores institucionales españoles y extranjeros. Es decir, los más exigentes.

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