"Los chinos nos han hecho creer que avanzamos hacia la decadencia de Occidente"

    • Entrevista con dos periodistas de investigación que han escrito "El imperio invisible".
    • Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araujo denuncian las redes fraudulentas de chinos.

Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araujo son dos periodistas españoles que viven en China. Un día quisieron saber cómo proliferaban los negocios chinos en Europa y viajaron a multitud de países. ¿Cómo entran las mercancías chinas en Europa? ¿Cómo salen de China? ¿Cómo cometen un fraude fiscal en la Unión Europea? ¿Cómo explotan a sus compatriotas?

Por eso acaban de publicar El imperio invisible (Crítica). Una investigación sobre la forma de actuar de las redes chinas que se aprovechan de los agujeros legales, de la bondad occidental y de la falta de castigos.

¿Cómo es posible que se haya permitido que los chinos importen mercancía ilegal, trafiquen con personas y blanqueen el dinero?

Heriberto Araujo. Los chinos han sido una de las comunidades más brillantes en explotar las fallas del sistema. Europa es un continente donde hay una frontera común pero con 28 legislaciones, cientos de puertos y concepciones de la economía y del crecimiento completamente distinto.

Ponedme un ejemplo.

HA. Un empresario chino importa cada mes 100 contenedores con 10 millones de americanas desde Shanghai. Pero en la primera escala, Dubái o Singapur, resulta que se cambian los documentos y en realidad esos 10 millones de americanas pasan a convertirse en 3 millones. Ya no son americanas de algodón que tiene un arancel del 10%, sino que son de lino que tiene un arancel del 2%, y el precio unitario ya no son 5 euros, sino que son 2. A la llegada en el puerto de Valencia, es imposible controlar más allá de entre un 1 y un 5% del total de la mercancía. Consecuencia: si importas 100 containers te interesa el fraude, porque sólo te van a pillar como mucho 5 containers.

Los españoles no piensan que estén amenazando nuestra industria.

Juan Pablo Cardenal. Yo creo que esa reflexión no la hace casi nadie en España como consumidor. Lo único que crees es que con los chinos vas a pagar menos.

Dedicáis buena parte a la evasión de capitales.

HA. Es probablemente el punto más preocupante y al mismo tiempo fascinante desde el punto de vista periodístico. Detrás de todo hay una inmensa maquinaria.

¿Una inmensa maquinaria de lavado?

HA. La comunidad china se ha montado una red transnacional y perfectamente organizada de importación ilícita y evasión de capitales, y al mismo tiempo de inmigración ilegal. Montan seis restaurantes y cinco de ellos no son rentables. Pierden mucho dinero, porque están pagando alquileres de 4.000 o 5.000 euros y tus menús cuestan 6,99 euros. Pero claro si cada restaurante lo puedes utilizar para traer inmigrantes ilegales, que te van a pagar entre 10.000 y 15.000 euros, eso se convierte en una plataforma perfecta.

¿A qué se debe que otros chinos se dejen explotar?

JPC. A que están dispuestos a pagar dinero para que alguien les coloque en la tierra prometida. Les pagan con trabajo. Yo contraigo una deuda contigo, porque tú me vas a colocar en Europa; yo te la voy a devolver trabajando siete días a la semana 12 o 14 horas al día. Cuando salde mi deuda contigo yo soy libre para prosperar. Que es el fin que me trajo a aquí.

¿Por qué tanta impunidad con el fraude fiscal?

HA. Nos contaba la policía en Valencia que cuando les toman declaración hablan chino, no hablan español. Y claro cuando ya los llevan en furgones, entonces empiezan a hablar. Y dicen: "Hombre es que aquí no pasa nada, pero o en mi país, claro que presento las facturas bien hechas, porque si no a lo mejor hay pena de muerte, pero aquí, aquí no pasa nada".

¿Cómo es posible que no pillemos a los grandes capos?

HA. Ellos tienen "subcontratados" una serie de abogados, gestores aduaneros, asesores fiscales, testaferros, intermediarios… son gente que utilizan en España, en Italia, en Francia como palancas para que todo el engranaje funcione. Una de las escenas que recreamos es la mujer de Gao Ping con la mujer de otro hombre de la comunidad china, que se dedica a lo mismo (productos de bazar). Vienen a las doce de la noche de un AVE de Sevilla-Madrid. La policía sabe que vienen de cobrar pagos en metálico, llevan en dos bolsos 360.000 euros y las paran en Atocha. La primera llamada de teléfono que hace la mujer de Gao Ping es a un asesor fiscal español que le dice exactamente cómo puede salir de ese embrollo. "Bueno no os preocupéis que esto lo vamos a arreglar; mañana nos sentamos y lo que hay que hacer es cuadrar las facturas".

¿Y qué pasa si un día les pillan y les condenan?

HA. En el momento que las cosas se le ponen difíciles aquí se van a Italia y hacen lo mismo.

JPC. Se largan en 24 horas.

En la trama de Gao Ping, muchas familias españolas la estaban utilizando para blanquear.

JPC. Intervienen muchas personas porque, por ejemplo hay una trama judía. Y la razón es que con la crisis, la comunidad judía o hebrea ha sufrido una caída en el consumo de joyas y diamantes y no tienen suficiente dinero en efectivo. Pero tienen dinero en paraísos fiscales. Los chinos tienen precisamente lo contrario. Entonces ahí hay un contacto entre ambas comunidades para que los chinos proporcionen dinero en efectivo, en dinero negro, y los judíos desde paraísos fiscales hacen transferencias bancarias a sus cuentas en Hong Kong.

¿Al final va a haber una reacción popular contra los chinos?

JPC. En Italia han habido ya episodios de tensión. En España sólo hubo en 2004 en Elche. Nosotros cuando estuvimos en Elche percibimos claramente que la comunidad local y la china se miran de reojo. Tienen sectores de calzado y textil, que son un imán para la emigración y para el trabajo en ese sector. Los chinos no son bienvenidos, porque luego los ven en el casino de Alicante comportándose de forma arrogante con billetes de 500 euros, conduciendo los mejores coches de la ciudad y comiendo en los mejores restaurantes. La percepción que hay es que están compitiendo deslealmente. Porque esa es la clave. No preocupa tanto la competencia china como la competencia desleal china. Entonces que puede haber un chispazo en algún momento.

¿Y las nuevas generaciones de chinos?

HA. El motor de cambio está en las nuevas generaciones de los hijos de los chinos, que ya se impregnan de valores más occidentales, que tienen amigos españoles, que ven la vida como algo más que el trabajo y el esfuerzo y el sacrificio. Que les gusta el ocio. Porque al final no es una cuestión ni de raza ni de etnia, sino es una cuestión de los valores.

¿Y los que vuelven a China?

Son los que salen de su país pensando: "Me voy fuera a sacrificarme al máximo, pero en España no quiero tener nada, lo que quiero es volver a mi tierra." Muchos chinos que hemos entrevistado, nos han admitido que no pagan ni una parte de los impuestos que deberían. Nos dicen: "¿Pero tú qué harías? Si te vas diez años a China o a Suiza o donde sea y lo que quieres es volver, te preguntas por qué tienes que pagar impuestos". Ellos razonan así: "El dinero es mío, me lo he ganado yo, por eso tengo abierto 16 horas. ¿Por qué tengo que pagar al Estado?".

¿Cómo se ve a China a escala mundial?

JPC. A nivel oficial, político, diplomático, empresarial y muchas veces también a nivel académico, periodístico, la percepción es buenista. China está en la buena dirección, está mejorando, está haciendo las reformas. Le quitan importancia a todas las cosas malas que están ocurriendo en China. Tener una visión crítica como la que tenemos nosotros es ir contracorriente. Si nosotros estuviésemos escribiendo libros, perdón por la expresión "chupándole la polla a China", nos invitarían a conferencias y estaríamos en la pomada.

HA. Hemos metido una frase al inicio del libro de George Orwell que dice "cuanto más se aleja una sociedad de la verdad, más condena al que más crítica a aquellos que la denuncian". Hay una voluntad en Occidente, en todas esas elites, de pasar página a las cosas negativas de China.

JPC. El tema de los derechos humanos está fuera de agenda completamente, o sea, nos hemos rendido y ellos han ganado. Para facilitar la inversión china, hay muchos países que se están acomodando. Hace poco hubo una modificación legislativa en Groenlandia para dar luz verde al primer gran proyecto de la industria extractiva para dar cabida a los chinos. Tenía que ver con los salarios de los trabajadores.

¿Y qué tipo de industria?

JPC. Minera. Pero es que en el Vaticano también hay un debate, de "bueno, quizá tenemos que negociar con los chinos para volver a tener relaciones diplomáticas con ellos". Y Canadá que fue durante años el azote del gobierno chino en derechos humanos, y que ponía la alfombra roja al Dalai Lama cada dos por tres, ahora ha cambiado.

El dinero ¿al final compra todo?

JPC. Totalmente. Pero Canadá es un país que siempre se ha caracterizado por tener unos valores pero ahora son íntimos amigos de los chinos. ¿Para qué? Para que inviertan. Y están invirtiendo en activos estratégicos.

¿Al final cual es el mensaje para el mundo de este libro de investigación?

JPC. Que los ganadores indudables de la globalización son los chinos. Mientras haya crisis los chinos están ante su oportunidad histórica.

¿Por qué?

JPC. Porque están accediendo a tecnología y a activos estratégicos también en el mundo occidental que antes no estaban disponibles para ellos.

¿Os referís a que en Occidente tenemos en la frente el cartel de 'cómprame'?

JPC. Tienen participaciones en el sector de satélites francés, imagínate lo estratégico que es eso, y hasta concesiones como el puerto de El Pireo en Atenas por 35 años. Los británicos les han dado luz verde para que fabriquen, financien y gestionen centrales nucleares nada menos. Tienen participaciones en Heathrow, tienen participaciones en Thames Water, han comprado las dos principales empresa eléctricas de Portugal, están comprando tecnología al sector privado alemán.

Y con Lenovo son los mayores fabricantes de portátiles del mundo, ¿no?

HA. La gran victoria es la victoria intelectual que han logrado: hacer creer incluso a las élites de los países de los gobiernos occidentales que el mundo avanza hacia una decadencia de Occidente y hacia una ascensión de China.

¿A qué se debe?

HA. A cómo los chinos miden el tiempo, porque al fin y al cabo, cuatro, cinco, seis o siete años de crisis o diez en España... Los chinos tuvieron treinta años de maoísmo y tuvieron doce o trece años de revolución cultural. Para ellos los tiempos son completamente distintos. No trabajan con la inmediatez de las elecciones, de los cambios de gobiernos, de las reformas. Todo eso da una percepción de que China avanza a pasos estables, mientras nosotros vamos un poco a la deriva. Yo he visto ese discurso en algunas élites diplomáticas, que hasta ellos logran creerse. Pero los chinos no lo han dicho en ningún momento. A mi esa victoria conceptual me parece ya increíble.

Todos los analistas hablan del cambio del poder de que va a girar en los próximos años de ser europeo-anglosajón-occidental a ser un poder chino-indio-asiático.

JPC. Yo soy escéptico sobre eso. China tiene también un montón de retos y desafíos que no son menores empezando por su propia situación interna. Las desigualdades sociales generan mucha tensión social. Mientras crezcan económicamente... Pero el gran interrogante es, ¿qué pasará el día que paren? Y luego es verdad que hay una élite de chinos que está muy bien formada, que se ha ido a Estados Unidos, pero en general, en las escuelas se enseña por repetición. No hay empresario que esté en China que no te cuente su drama con los empleados. Luego, por mucho que digan que China está a la cabeza en las patentes, si analizas las patentes son patentes inservibles. Tienen un agujero en la parte tecnológica enorme. Luego es que sale en los periódicos, los propios periodistas sacando unos titulares tremendos de que China ha puesto al hombre en el espacio... Esa tecnología está en el mundo desde hace 40 años. No han inventado nada. Es una cuestión de dinero. La carrera espacial china es una cuestión de dinero que sirve para consumo interno, nacionalista.Vincularlo a que China está en la vanguardia tecnológica, ni hablar. Lo han copiado todo.

Da un poco la impresión de que en Occidente también nos hemos creído eso.

JPC. Pero porque queremos creérnoslo. Porque tenemos que creer en ellos, porque ese es nuestro mercado futuro. Me he hartado de entrevistar a empresarios que llegan a China y no tienen ni idea de donde se están metiendo. Es que hay gente que en el año 2013 sigue pensando que como el 1% de los chinos le compre una botella, se forra.

¿Y qué hay de falacia en eso?

JPC. Pues que no funciona así.

HA. Primero que jamás lograras que el 1% de la población china sepa que esa botella exista y en el momento en que el 0,0 1% sepa que exista ya habrá algún chino que te la habrá copiado.

Eso es una buena definición.

JPC.¿Cuántos hay que están perdiendo dinero y que están ahí por razones estratégicas, empezando por el BBVA? Ahora acaban de vender una parte de su paquete, pero durante muchos años estaban sacando pecho, porque era el único banco español que tenía la participación de un banco chino. Yo hablaba con la gente del BBVA off the record y te decían que su socio chino no les deja hacer nada. Donde ellos creían que iban a ganar dinero que era la financiación de coches, de electrodomésticos, etc., los otros no tienen ningún interés en hacerlo. Se ha quedado como una participación financiera, básicamente. Francisco González hablaba de esto diciendo que "estamos estratégicamente colocados en el mercado del futuro".

¿Y no lo están?

JPC. Hacen un poquito de banca privada, alguna cosita de financiación, las migajas que le deja su socio. Ha sido un fracaso total.

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