Los cuatro frentes de la guerra Estado-CCAA por la financiación autonómica

  • Hoy se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera con una guerra abierta entre Estado y autonomías en torno al gasto y a los ingresos. Las regiones quieren más facilidades de pago y el Gobierno central asegura que el actual modelo de financiación ya mejoraba los ingresos.
Miembros del Consejo de política fiscal y financiera, por partidos
Miembros del Consejo de política fiscal y financiera, por partidos
Chiqui Esteban
Álex Medina R.

Cada euro cuenta; cada céntimo, incluso. Tras tantos años de alegría presupuestaria, el Estado y las comunidades autónomas han llegado por fin a esa conclusión y pelearán en el terreno político por cada moneda que deban intercambiarse entre sí.

Hoy se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera, un organismo que sienta en una misma mesa a los responsables económicos de la Administración central y autonómica.

De esta cita, que suele ser trimestral, salen las decisiones relacionadas con el control de gasto, el déficit, la financiación... Se aprueban desde planes de saneamiento a medidas conjuntas de ahorro. Y para empezar a entender lo que se debate esta tarde, hay que visitar los cuatro frentes de una guerra caóitca.

- Frente norte: Así están las cuentas autonómicas. Parece sencillo. Las autonomías, como el Estado, los ayuntamientos o incluso cualquier vivienda familiar, disponen de unos ingresos y unos gastos. Como en cada rincón del país, la crisis ha castigado sus presupuestos, hasta el punto de que todas las regiones sin excepción han incurrido en déficit (gastan más de lo que ingresan).

Lo malo es que España está con el cinturón apretado desde el año pasado, tal y como le exigió Europa para encauzar un déficit que había superado el 11% del PIB por culpa de la crisis. Así que se tomaron medidas, se aplicó la tijera y España cerró 2010 con unos números rojos del 9,2%. Para 2011, el ajuste debe servir para bajar al 6%.

¿Y qué pintan las autonomías en esto? ¿Cuánto se han pasado ya? Faltan datos actualizados (lo que no hace más que enrarecer el debate). Los últimos completos son de 2010 y arrojaron un déficit conjunto de las autonomías del 2,84%. Para 2011, deberían moderarse y bajar nada menos que al 1,3%. Si no, peligra ese 6% que prometió el Estado a los organismos comunitarios.

¿Es eso posible? La cosa pinta mal. El primer trimestre de 2011 ya arroja datos preocupantes, con autonomías como Baleares o Castilla-La Mancha que han llegado al 0,97% del déficit en sólo tres meses.

Y eso sin contar con las presuntas desviaciones que se han denunciado en los cambios de gobierno tras las elecciones de mayo. Cataluña, de hecho, acaba de aprobar unos Presupuestos que prevén un saldo negativo del 2,66% de su PIB, el doble de la media comprometida.

En Castilla-La Mancha y Extramadura, donde el PP ha tomado las riendas, se asegura que su deuda es mucho mayor a lo anunciado y, por lo tanto, el déficit engordará.

- Frente este: ¿Y si nos ponemos un tope de gasto? Viajamos hacia oriente en el campo de batalla y nos encontramos con que habrá que hacer algo urgente con las cuentas. Se le ha llamado techo o regla de gasto y, básicamente, debe establecer por ley cuánto más puede invertir cada región al año.

No es una medida cualquiera, porque en ella coinciden Gobierno central y Partido Popular. Cada uno propone una articulación distinta y la ha abrazado tras su particular recorrido. En primer lugar, los populares se hartaron de prometerla durante la última campaña electoral y ahora que el Estado ha recogido el guante tendrán que asumirla.

De una forma concreta, el Consejo de Ministros socialista aprobó un decreto ley el pasado 1 de julio por el que se modificaba la Ley de Estabilidad Presupuestaria para la Administración Central y los ayuntamientos. Su aplicación en las autonomías quedaría en manos del CPFF que se reúne esta tarde.

En líneas generales, y después de los cálculos establecidos por el decreto (basados en el crecimiento del PIB), el incremento del gasto anual rondaría el 3% en los próximos cuatro años.

De todos modos, habrá que ver cómo se articula esta medida una vez trasladada a las autonomías. El PP, que tanto había pedido la regla o techo de gasto, tiene ahora la palabra, toda vez que ha ganado peso en la representación del Consejo.

- Frente sur: Vamos a darnos más tiempo para pagar. Para entender este flanco había que pasar por los dos primeros. El cóctel es explosivo: el déficit de las autonomías está incontralado y estamos de acuerdo en controlarlo, pero en esto que llega el cierre de la financiación de 2009 (los ajustes de cuentas se hacen con dos años de demora).

En ese cierre, resulta que las autonomías tienen que devolver parte del dinero que recibieron. Como los ajustes financieros se hacen dos años después, el Estado adelanta a las regiones durante cada ejercicio en curso ciertas cantidades basadas en unos objetivos de recaudación. Si se ingresa más, se da más dinero; pero si se recuada menos, las autonomías tienen que devolver lo que recibieron de más.

Eso es lo que ha ocurrido en 2008 y 2009, que el Estado dio de más. Para el primer año, unos 5.500 millones y para 2009, nada menos que 18.700 millones. Por ley, las autonomías tienen seis años para ponerse al día e incluso el Estado ha dado un año de moratoria para las cantidades de 2009 (hasta enero de 2012, por lo tanto, no tendrán que pagar nada de aquel ejercicio).

Sin embargo, y por mucho que haya seis años de pago por delante (y que ya en 2010 se prevé regresar a los números verdes en el cierre), 24.000 millones son muchos millones. Tanto, como el 2,5% del PIB de toda España o todo lo que debían las propias autonomías al final de 2010.

Por todo ello, el PP en bloque ha reclamado ampliar a diez años el periodo de pago. De nuevo, hay que recordar los dos primeros frentes: la deuda es ya muy alta de partida y encima nos ponemos un límite. Si tenemos que devolver dinero, reducimos drásticamente la capacidad ya limitada de gasto.

- Frente oeste: Esto es lo que hay. La guerra, definitivamente, se libra a occidente. El Estado recuerda que el nuevo sistema de financiación ha permitido a las comunidades gestionar 91.911 millones de euros, un 11,37% más que lo que hubiera proporcionado el anterior modelo.

A estas cifras se llega después de repartir entre las regiones los ingresos por impuestos estatales y aplicar varios mecanismos de compensación (fondos de distinto tipo). También tienen las autonomías sus propios ingresos. En total, casi 92.000 millones de reparto y una mejora sustancial de la financiación per cápita en el conjunto del país, que se sitúa entre los 2.999 euros que recibe un cántabro y los 2.297 de un balear. Antes del actual sistema, la diferencia entre ambas era de más de 1.000 euros, frente a los 700 actuales.

¿Dónde ha ido ese dinero? Se pregunta el Estado, que no ve con buenos ojos retrasar el pago de las cuentas pendientes, porque "cuando nos toca abonar a nosotros lo hacemos a toca teja", ha recordado el secretario de Estado de Hacienda, Juan Manuel López Carbajo.

No obstante, esto no es más que una escaramuza política. La guerra es que no hay más dinero que repartir, que habrá que gastar sólo lo que se ingresa. ¿Así de sencillo?

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