Los egipcios se preparan para la fiesta del cordero

  • Los vendedores de corderos de El Cairo apuran las últimas horas antes de la fiesta del "Aid al Adha" del sábado, para deshacerse del abundante genero que aun les queda, ante unos clientes reticentes a gastarse los alrededor de 200 euros que cuesta llevarse a casa un animal para el sacrificio.

Imane Rachidi

El Cairo, 2 oct.- Los vendedores de corderos de El Cairo apuran las últimas horas antes de la fiesta del "Aid al Adha" del sábado, para deshacerse del abundante genero que aun les queda, ante unos clientes reticentes a gastarse los alrededor de 200 euros que cuesta llevarse a casa un animal para el sacrificio.

Hadi Said, que regenta la carnicería "Emperador" en el barrio cairota de Guiza, grita y hace señales a los conductores de los coches que pasan, incitándoles a comprar alguno de los corderos y vacas que pacen ajenas al tráfico en la puerta de su negocio.

Algunos paran por curiosidad y preguntan por los precios.

Los más tradicionales cuidan cada detalle y se interesan por los meses que tiene, de qué ha sido alimentado y si tiene mucha o poca grasa, e incluso revisan que esté en perfectas condiciones, porque hasta la lana del animal sirve.

Las negociaciones duran varios minutos antes de que el cliente se retire esperando a que el vendedor, como mandan los cánones de la cultura del regateo egipcio, los vuelva a llamar con una mejor oferta.

Sin embargo, Said se lamenta de que este año tiene que dejarlos marchar porque no puede bajar más los precios.

"No hay muchas ventas, está la cosa bastante muerta. Espero que esta tarde y mañana haya algo más de movimiento. Desde la revolución todo ha ido hacia abajo. Yo voy a seguir vendiendo incluso durante los tres días del Eid", se queja a Efe.

Cuenta que algunos egipcios prefieren esperar a que pase el primer día de la fiesta para comprar el animal y sacrificarlo el domingo o el lunes, porque "les sale más rentable".

Said es de los pocos vendedores de corderos que accede a hablar con Efe. La mayoría ofrece la misma respuesta: "tenemos miedo al Gobierno y no queremos problemas".

Según este carnicero de Guiza, el kilo está a 75 libras (8,30 euros) y un cordero pequeño puede costar 1.750 libras egipcias (195 euros). Los animales a la venta tienen de seis meses a un año de vida, pues cuanto más pequeños, tienen menos grasa y están más buenos, asegura.

Por el mercado popular del distrito cairota de Doki transitan decenas de mujeres ajetreadas que repiten casi a cada paso: "Eid mubarak" (felices fiestas), entre continuas quejas sobre el encarecimiento de los precios.

Las cosas no van bien y no hay dinero para derrochar, comenta un grupo de mujeres que se ha formado frente a un puesto de verduras.

"Los precios están subiendo mucho, nos acaban de subir la gasolina, el gas, la luz... no sé a dónde vamos a ir a parar pero 'Al hamdulilah' (gracias a Dios)", suspira Gada Shobri, de 45 años de edad y madre de tres hijos.

Aunque el sacrificio de un cordero para conmemorar la historia del profeta Abraham, quien mató a uno en lugar de a su propio hijo Ismael, según relata el Corán, no es una exigencia religiosa, muchos egipcios se ven obligados a hacerlo por presiones y convenciones sociales.

"Hemos ahorrado todo el año para comprar el animal más barato en estas fechas porque viene la familia a casa y los vecinos se acercarán para ver cómo es de grande", confiesa otra mujer que prefiere no dar su nombre.

La próxima semana, las mesas de los musulmanes no tendrán mucha variedad porque la carne se convertirá en el ingrediente estrella.

Sin embargo, esto no impide que compren una gran cantidad de verduras, frutas, dátiles, pan, algún que otro dulce árabe y bebidas para llenar la despensa ante los cuatro días de fiesta que en Egipto siguen al Aid.

Los más perezosos esperan al sábado para comprar la carne que necesitan para prepararla y comerla en familia.

Llegado el día, las carnicerías de la megalópolis cairota serán las protagonistas, se convertirán en los escenarios más representativos del Aid, porque muchos llevarán sus corderos para practicar el ritual del sacrificio.

"Los cuchillos ya están bien afilados", cuenta a Efe un carnicero del acomodado barrio de Zamalek, que reconoce estar impaciente por poder pronunciar el "Alahu Akbar" (Dios es grande), la frase preceptiva antes de degollar a los corderos con un tajo de derecha a izquierda. EFE

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