Los hogares españoles mantienen su plena confianza en los depósitos a pesar de la baja (prácticamente nula) rentabilidad que ofrecen este tipo de productos financieros. Las entidades que operan en España custodiaban a cierre del pasado mes de febrero un volumen de 811.600 millones de euros en depósitos de las familias e instituciones sin ánimo de lucro (ISFLSH), la cantidad más elevada de toda la serie histórica que registra mes a mes el Banco de España.
El 'refugio' de los hogares españoles en este tipo de productos se produce pese a que la media de los bancos de nuestro país ofrece un tipo de interés del 0,05%. El ciudadano de a pie, como se explicaba en estas páginas, prefiere mantener su dinero en cuentas corrientes que apenas ofrecen rentabilidad y renuncia a arriesgar para tratar de sacarle rédito inversor.
De acuerdo con las cifras que maneja el supervisor, estos 811.600 millones de euros que tenían los bancos en febrero suponen 3.500 millones más que en el mes precedente. Según los datos provisionales, en comparación interanual, es decir, con febrero de 2018, la banca ha ganado 42.600 millones de euros en depósitos en el último año.
Los mismos datos muestran que también crecieron en 2.300 millones de euros los depósitos confiados a bancos y cajas por las empresas no financieras, hasta alcanzar en febrero los 243.200 millones. En términos interanuales, este incremento alcanza los 16.900 millones de euros.
El panorama cambia cuando se tiene en cuenta el patrimonio que los españoles mantenían invertido en seguros y fondos de pensiones el pasado febrero. Al finalizar el mes se situaba en 31.400 millones de euros, el 4,5% menos que los 32.900 millones de enero.
La nula rentabilidad de los depósitos está ahuyentando a los fondos de pensiones de manera que la cuantía custodiada por los bancos ha pasado de rozar los 40.000 millones de euros el año pasado a caer hasta los 31.400 el pasado mes de febrero, un desplome superior al 25% en un año. Es más, hubo un tiempo, en los años 2013, 2014 y 2015, en que el patrimonio invertido por los hogares españoles en este tipo de productos financieros superaba los 52.000 millones de euros.
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