Los fabricantes europeos han advertido de un posible fracaso del vehículo eléctrico en las actuales condiciones, marcadas por la crisis económica, la lentitud de elaboración de las normas y la falta de incentivos, entre otros impedimentos.
En un comunicado, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) se muestra muy preocupada por la falta de progreso en la creación del marco para conseguir los objetivos, de forma que revisa su posición sobre los vehículos eléctricos y rebaja sus expectativas para su futura cuota de mercado.
Acea prevé que las ventas de vehículos eléctricos estará en el rango del 2% al 8% en la próxima década, dependiendo de las estrategias de cada fabricante.
La organización Acea considera que la movilidad eléctrica tiene el potencial de desempeñar un papel clave para garantizar una movilidad sostenible para el futuro, pero es poco probable que este potencial se pueda cumplir.
Explican los fabricantes que ello es debido en parte a la situación económica actual, con una disminución de las ventas de vehículos, pero también al lento progreso de las normas para el vehículo eléctrico, la fragmentación del mercado interno europeo por la falta de coordinación de los incentivos, la ausencia de apoyo al I+D y a una visión poco clara de la infraestructura.
Ivan Hodac, secretario general de Acea, considera que la movilidad eléctrica puede parte de una solución a largo plazo a los desafíos de la movilidad, aunque tenemos que tener las condiciones marco adecuadas si se quiere despegar.
Sólo será posible un progreso real si existe una plena cooperación entre los proveedores de servicios, las empresas de infraestructuras, el sector de la energía, los organismos de normalización y la industria del automóvil, con el pleno apoyo de los gobiernos nacionales y las instituciones europeas. añade Havoc en el comunicado.
La normalización de la conexión entre la red eléctrica y los vehículos eléctricos recargables es uno de los requisitos previos para ayudar a la movilidad eléctrica ganar una cuota de mercado viable, argumentan los fabricantes europeos.
De esta manera se proporciona capacidad de previsión a los inversores, permite economías de escala, reduce los costes para todas las partes interesadas y es esencial para una aceptación cada vez mayo del usuario.
La industria ha hecho hincapié en la necesidad de un sistema de conexión único armonizado para la recarga de vehículos eléctricos, un aspecto sobre el que ya ha habido un acuerdo para un sistema comunitario de carga.
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