Los grandes ayuntamientos paran 2.000 millones de inversión en obras emblemáticas

  • Se anunciaron a bombo y platillo y hoy no pasan de un bonito proyecto guardado en el cajón, o, como mucho, de una obra a medio terminar. Madrid y Barcelona han paralizado siete grandes proyectos por valor de unos 2.000 millones de euros. Otras ciudades, como Zaragoza, pueden ver como sus grandes apuestas se quedan en el dique seco.
El Gobierno de Madrid paraliza las obras del Campus de la Justicia para destinar el dinero a gasto social
El Gobierno de Madrid paraliza las obras del Campus de la Justicia para destinar el dinero a gasto social
Enrique Utrera

Los ayuntamientos de todo el país han sacado la tijera y han paralizado gran parte de las obras que querían convertir en emblemas de las poblaciones. El impacto de la crisis y la imposibilidad de endeudarse a partir de 2011 no entiende de tamaños ni de proyectos.

Las grandes ciudades han dejado en el limbo algunos de las obras más esperadas. Y las que no lo han hecho sufren una tremenda presión para dar el paso. Campus, estadios deportivos, centros de convenciones y hasta zoos sufren las consecuencias.

"Se convertirá en un nuevo referente en el espacio urbano de la ciudad, un nuevo hito y símbolo de la justicia y la arquitectura del siglo XXI". Así rezaba la presentación del proyecto del Campus de la Justicia, que reunía a lo más granado de la arquitectura internacional, como Richard Rogers o Norman Foster.

Era el año 2004 y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ponía luz y taquígrafos al proyecto que llevaría a esa zona emergente llamada Valdebebas los 21 edificios que ocupan la distintas sedes judiciales de la capital.

Hoy  el proyecto, que ha consumido 300 millones de euros de la primera fase, se reduce a un solo edificio construido frente a los 14 previstos.  Algo es algo. En lo que iba a ser el Centro Internacional de Convenciones de Madrid no hay más que, tras el movimiento de tierras de rigor, un inmenso solar, a los pies de las cuatro torres donde su ubicaba la antigua ciudad deportiva del Real Madrid.

Son los rigores de la crisis, la que ha obligado a paralizar los proyectos faraónicos de los grandes ayuntamiento españoles. Las mayores constructoras del país, que licitaban por las obras del Centro de Convenciones madrileño, han visto como la crisis les roba un caramelo con un presupuesto base de licitación de 384 millones de euros.

El proyecto era de altísimos vuelos: 290.000 metros cuatros de superficie construida, hasta 5.000 plazas en el auditorio principal y otras 2.000 en el resto. Fuentes cercanas al consistorio madrileña asegura que "no hay plazo realista alguno para retomar los proyectos. En estos momentos toca esperar, capear el temporal y ya veremos".

No es la única víctima del plan re recorte de costes anunciado por elalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. El estadio de Atletismo de Vallehermoso corre la misma suerte: cuando se llegue a la base de la construcción, justo antes del momento en el que se empiezan a poner los cimientos, pasará al modo de stand by.

Con la medida, el consistorio madrileño se ahorra 98 millones de euros, que junto a los 327 del Centro de Convenciones suponen casi la mitad de los 1.041 millones de euros que el Ayuntamiento ha aprobado para frenar su deuda de 6.762 millones de euros, la más alta del país y alrededor del 40% del total de los municipios españoles.

En el ámbito de la Comunidad de Madrid, otro gran proyecto se prepara para dormir el sueño de los justos. Al sur de la localidad de Colmenar Viejo estaba prevista la creación de la Ciudad del Conocimiento, con una inversión cuantificada en 750 millones de euros durante 10 años y que iba a generar 25.000 empleos cualificados. El proyecto, que data de 2006, está hoy en el olvido.

Barcelona no se queda atrás. Aunque tiene una deuda muy inferior a la de Madrid, la ciudad quiere ahorrar 646 millones de euros entre proyectos que se retrasan y se paralizan y metiendo la tijera al salario de los funcionarios. Pero aún más que en el caso de Madrid, las obras emblemáticas se llevan la peor parte. Dos terceras partes del ajuste, 427 millones responde a la paralización total de las obras del Zoo Marino, el edificio Ona y la rehabilitación del Castillo de Montjuic.

El proyecto del Zoo Marino fue anunciado en 2007 y su inauguración estaba prevista para este año. La ubicación, que gana terreno al mar, pretendía convertirse en una de las banderas de la Ciudad Condal. Con una inversión inicial prevista de 80 millones de euros, el diseño preveía tres espacios, entre ellos la recreación de un ambiente amazónico.

El proyecto duerme ya oficialmente el sueño de los justos mientras la crisis escala. Aunque no es comparable y pertenece a otro ámbito, el de la Generalitat, el gobierno catalán ha reconocido hace una semana que ha tenido que aplazar el pago de 440 millones de euros –más de los que la capital catalana ahorrará pagando sus tres obras emblemáticas- a las entidades sanitarias que funcionan en régimen de consorcio. La razón es una "tensión temporal de tesorería". Es decir, por falta de crédito bancario para hacer frente al desembolso.

Proyectos en peligro

Los Ayuntamientos viven un momento extraordinariamente delicado. A su difícil situación financiera unen la prohibición del Gobierno de endeudarse a partir de 2011, lo que cuestiona toda su política de inversiones. Los consistorios de las grandes capitales españoles están viviendo estos días un duro debate y sus alcaldes reciben fuertes presiones para paralizar algunos de los grandes proyectos previstos.

El caso más llamativo es el de Zaragoza, una ciudad que tiene en el horizonte una cartera de grandes proyectos sin parangón en otros ayuntamientos española: una gran obra como la diseñada para hacer navegable el río Ebro está en tela de juicio, como la muestra Expo Paisajes 2014, la candidatura a Capital Europea de la cultura 2016 y a los Juegos de Invierno Zaragoza Pirineos 2022.

De hecho, Zaragoza cuenta con una consejería municipal de grandes proyectos cuya desaparición ha sido solicitada por todos los sindicatos con representación municipal. De momento, el alcalde socialista Juan Alberto Belloch no ha dado marcha atrás.

El otro gran proyecto de la ciudad, el nuevo estadio de fútbol del Real Zaragoza, no ha sido tampoco abandonado a pesar de las críticas de la oposición, que dudan de que pueda cumplirse el presupuesto de 103,5 calculado inicialmente.

Siguiendo con el fútbol, ni los ayuntamientos más saneados se salvan de la quema. El de Bilbao, la gran capital española con menos deuda con mucha diferencia –apenas 3,9 millones- se ha visto salpicado por la el proyecto para la construcción del nuevo estadio de San Mamés, con un presupuesto total de 218 millones de euros, que acaba de ver como se pone la primera piedra en plena crisis. De la cifra total, el Gobierno Vasco pone 55 millones, mientras que el Ayuntamiento aporta 11 en concepto de exención de tasas.

El nuevo estadio del Athletic Club ha levantado las críticas del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, que lo ha calificado de "inversión inadecuada en tiempos de crisis". También ha recibido las críticas del parlamentario vasco de UpyD Gorka Maneiro, que ha criticado la participación del Gobierno vasco en un momento de recorte de salarios a los funcionarios y de congelación de las pensiones.

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