Los intereses de la deuda lusa suben aun más con el nuevo recorte de Moody's

  • Los intereses de la deuda de Portugal están otra vez en alza con el nuevo recorte de solvencia anunciado hoy por Moody's, esta vez de la deuda con garantía estatal de cuatro bancos lusos, que como la nota del país, se consideran activos basura.

Lisboa, 7 jul.- Los intereses de la deuda de Portugal están otra vez en alza con el nuevo recorte de solvencia anunciado hoy por Moody's, esta vez de la deuda con garantía estatal de cuatro bancos lusos, que como la nota del país, se consideran activos basura.

El interés del bono luso a diez años, que sirve de referencia en el mercado y ayer sobrepasó por primera vez los mil puntos básicos de diferencia con el alemán, ganaba a media sesión de hoy tres décimas, hasta situarse en el 13,3 %.

Los récords históricos de la actual escalada de la deuda lusa, que a dos años sobrepasó hoy el 20 % de interés, son consecuencia, según los analistas, de las rebajas de solvencia financiera decididas por la calificadora norteamericana.

Moody's bajó hoy la nota de la deuda garantizada por el Estado del Banco Comercial Portugues (BCP), el Banco Internacional de Funchal (Banif), el Banco Espirito Santo (BES), y la mayor entidad financiera lusa, la estatal Caixa Geral de Depositos (CGD).

El recorte se produjo poco más de 24 horas después de que la misma agencia redujo en cuatro niveles la calificación del Estado portugués por el "creciente riesgo" de que incumpla la reducción prevista de su déficit y tenga que pedir más ayuda internacional.

La agencia justificó hoy la rebaja de los emisiones de los cuatro bancos en la exposición de estas entidades a los problemas económicos del Estado.

Las emisiones de deuda garantizada del BCP y Banif sufrieron un recorte de cuatro escalones, hasta "Ba2", el mismo nivel del Estado y quedaron en perspectiva negativa.

La solvencia de los mismos activos de la CGD y el BES fueron rebajados en tres niveles, hasta "Ba1", también una calificación de activo basura, y aunque están un escalón por encima de la nota del país quedaron bajo vigilancia para otro posible descenso.

Entre los grandes bancos lusos los únicos que no están incluidos en la decisión de Moody's son el Banco Portugués de Inversión (BPI) y el Santander Totta, propiedad de la entidad española, que no tienen emisiones de deuda con garantía estatal, según fuentes del mercado.

Ante los insostenibles intereses que les aplica el mercado para financiarse, la mayoría de las entidades lusas han tenido que emitir deuda con la garantía del Estado, aunque éste cuenta con fondos del rescate de 78.000 millones de euros negociado en abril con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para respaldar a los bancos.

El BPI, que no lo hizo y cotiza en la bolsa de Lisboa, veía hoy como sus acciones registraban a media sesión un alza superior al 3,4 %, tras las caídas del 5 al 6 % que sufrieron ayer los títulos de entidades financieras lusas en un día negro en el que el principal selectivo portugués, el PSI-20, perdió más del 3 %.

Aunque la bolsa conseguía hoy mantenerse en positivo, el aumento de los intereses del bono luso marcó la mayor desconfianza de los mercados hacia la economía portuguesa, que con la decisión de Moody's pasa a un nivel de solvencia prohibitivo para muchas inversiones y créditos.

La rebajada de la nota del Estado portugués impidió al Tesoro luso colocar ayer los mil millones de euros que tenía previstos en bonos a un vencimiento de solo tres meses, y tuvo que subir ligeramente el interés, hasta el 4,92 %, para vender 848 millones.

El recorte de Moody's generó numerosas reacciones de empresarios y políticos lusos, que lo consideraron una medida injustificada.

El nuevo Ejecutivo conservador de Portugal, sorprendido y contrariado por la rebaja de nota pese a las duras medidas económicas que anunció la semana pasada, celebra hoy un consejo de ministros dominado por esa medida, que aprieta aún más el cerco financiero al país.

La coalición conservadora que gobierna Portugal, tras derrotar a los socialistas en las elecciones anticipadas de junio, ha convertido en su principal prioridad los compromisos suscritos en abril con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un rescate financiero de 78.000 millones de euros.

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