Los nuevos custodios del medio ambiente

  • Raúl Casado.

Raúl Casado.

Madrid, 16 ene.- Aunque es una fórmula que en algunos lugares del mundo se remonta al siglo XIX, la "custodia del territorio" es una herramienta relativamente joven en España, pero ha conseguido involucrar ya a miles de propietarios de terrenos privados en la gestión sostenible de esos espacios.

La "custodia" consigue mejorar la diversidad biológica y el paisaje de un territorio, pero también que los terrenos sean más productivos y rentables.

Esta herramienta garantiza que las actividades que se realizan en esos territorios sean sostenibles y respetuosas con la naturaleza, pero requiere para ello la colaboración voluntaria de sus propietarios, en la mayoría de los casos privados.

La Fundación Biodiversidad -dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente- prepara el tercer "Inventario de iniciativas de custodia del territorio del Estado español" para dar a conocer la importancia y el alcance de estas actividades.

El inventario servirá para conocer el desarrollo actual de la custodia del territorio en España y para actualizar las cifras; las últimas revelaron que existen en España cerca de 1.500 acuerdos de custodia y que la superficie gestionada con esta herramienta ronda las 300.000 hectáreas.

Así, una entidad (generalmente fundaciones y organizaciones conservacionistas) sin ánimo de lucro llega a un acuerdo voluntario con el propietario de un terreno y aporta profesionales cualificados para poner en marcha una serie de medidas y compromisos que sean aceptados por las dos partes y que contribuyan a conservar y a mejorar los recursos naturales.

Los propietarios no pierden ni la titularidad de sus terrenos ni la capacidad de decisión sobre ellos, pero gracias a las ayudas económicas y a la intervención de profesionales cualificados las fincas pueden llegar a tener un mayor valor económico.

En España, el primer antecedente de "custodia del territorio" se registró en 1974, con la creación del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia), una iniciativa -gestionada hoy por la organización ecologista WWF- promovida por el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente que se asienta sobre dos cotos de caza, reconvertidos en un auténtico santuario para las aves.

Pero los ejemplos se han multiplicado durante las últimas décadas, y la custodia ha permitido recuperar humedales, cotos de caza, dehesas, mejorar los hábitat de especies emblemáticas como el águila imperial ibérica, el oso pardo o el urogallo y hasta mejorar masas forestales de importante valor ecológico gracias a la recuperación de la abeja en estado silvestre.

Un ejemplo consolidado de "custodia del territorio" se encuentra junto al Parque Nacional de Monfragüe y en sus inmediaciones la Fundación Global Nature gestiona varias fincas.

Esta Fundación lleva a cabo allí varios programas de conservación y mantiene alguno de los últimos rebaños de ovejas merinas negras o de vacas blancas cacereñas, pero además ha realizado actuaciones para mejorar la población de especies (perdiz o conejo) que sirven de presa a otras emblemáticas como el águila imperial.

Laura García, responsable de esta Fundación en Extremadura, ha subrayado, en declaraciones a EFEverde, la importancia de la custodia en un territorio como Monfragüe, un Parque Nacional donde la mitad de la superficie es de propiedad privada, y se pregunta cómo se podrían plantear estrategias de conservación sin contar con esos propietarios privados, o sin los cazadores, cuando en Extremadura casi el 90 por ciento del territorio es terreno cinegético.

"Implicar a los usuarios del territorio en la conservación es fundamental si queremos ser eficaces y eficientes", ha observado Laura García, y ha apuntado que los propietarios de los terrenos estaban antes acostumbrados a recibir limitaciones y normas sobre lo que podían y no podían hacer en sus fincas, "pero hoy esos propietarios no se sienten dirigidos, sino colaboradores plenos de la conservación de la naturaleza".

Mostrar comentarios