Los precios de la gasolina y del gasóleo se sitúan en mínimos del verano

Los precios de la gasolina y del gasóleo han caído hasta casi un 5% en lo que va de mes y se han situado esta semana, tras abaratarse un 1,75% y un 1,58%, respectivamente, en sus mínimos en lo que de verano.

En concreto, el precio del litro de gasolina se ha situado esta semana en los 1,284 euros tras encadenar su tercer descenso consecutivo, con lo que ha registrado un abaratamiento del 3% desde principios de julio, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Por su parte, el precio del litro de gasóleo cuesta actualmente 1,119 euros y encadena diez semanas de tendencia a la baja sin registrar un incremento en su precio. Este carburante, consumido por el 80% del parque automovilístico, cuesta en la actualidad un 4,9% más barato que a principios de julio.

Con respecto a hace un año, el precio de la gasolina es un 8,6% más barato, mientras que en el caso del gasóleo el abaratamiento llega hasta el 14,9%.

Esta caída en las últimas semanas en los precios de los combustibles coincide con la tendencia bajista en el precio del crudo, que esta semana en el caso del barril de Brent, de referencia en Europa, se ha vuelto a situar por debajo de los 50 dólares. De esta manera, su precio se acerca al mínimo de 46 dólares que marcó a principios de año.Diez euros más barato un depósito

Con los precios actuales, el llenado de un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta 70,6 euros, 6,6 euros menos que hace un año, mientras que en el caso del gasóleo el coste asciende a 61,5 euros, 10,7 euros menos que en la misma semana de 2014.

Las carburantes cuestan en España menos que en la medio de la UE, donde el precio de venta al público del litro de gasolina se sitúa en 1,474 euros y en 1,473 euros en la zona euro. Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,242 euros de media en la UE y 1,195 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.