Los ricos tributan como becarios

  • Amancio Ortega, las hermanas Koplowitz, la familia Del Pino, los Albertos... Son las verdaderas fortunas del país, sin embargo, para Hacienda, apenas son unos mileuristas a los que rara vez se les retiene más del 21%, menos que a un declarante de 17.700 euros.
Ruth Ugalde

Se ha convertido casi en un eslogan de la clase media: "Los ricos no pagan el IRPF". Y es verdad. Por eso, la decisión del Gobierno de subir un punto a las nóminas por encima de 120.000 euros, y dos tantos a las que superen los 150.000 euros, no afecta a las grandes fortunas.

Un claro ejemplo es Amancio Ortega, el hombre más rico de España y novena fortuna del mundo, según la revista Forbes. Con un patrimonio de 25.000 millones de dólares (18.350 millones de euros), apenas ve penalizados por el IRPF los 1,5 millones que percibe por su condición de presidente ejecutivo de Inditex.

¿Y los otros 18.348,5 millones? Pues tributan como si de un mileurista o un  becario se tratara, gracias a la telaraña societaria y fiscal que tejen los más ricos para pagar el mínimo posible a Hacienda.

Éste se basa en tres grandes ventajas. La primera, la posibilidad de tributar sólo por el 1% de los resultados de sus Sicavs -sociedades de inversión de los grandes patrimonios-, una carga inferior a la que sufre un becario.

La segunda, la práctica abolición del Impuesto de Patrimonio, al haber quedado reducido al 1%. Y la tercera, las ventajas fiscales que les ofrece convertirse en personas jurídicas, es decir, de gestionar todo su patrimonio a través de sociedades que les permiten cercenar su factura con Hacienda.

El juego de las sociedades

En principio, el Impuesto de Sociedades se sitúa en el 30%, prácticamente la misma retención que sufre un declarante de 17.700 euros anuales. De ahí, que las grandes fortunas prefieran saldar sus cuentas con Hacienda a través de una sociedad, no con una nómina, que le dispararía la retención hasta el 43% (45% con los Presupuestos de 2011).

Pero, además, el tipo efectivo que acaban desembolsando de media estas entidades es todavía más reducido, en torno al 18%, debido a una serie de juego contables.

Un rápido repaso a las grandes fortunas del país permite comprobar cómo tienen estructurado su patrimonio a través de sociedades que les permiten escapar, en gran parte, del yugo de Hacienda.

Alicia Koplowitz, la quinta persona más rica del país, según Forbes, tiene el grueso de los 2.200 millones de fortuna que le atribuye la revista americana en la gestora de fondos Omega Capital y en la sicav Morinvest.

Sendos vehículos sólo tienen que pagar al fisco un 1% de sus resultados anuales. Además, las plusvalías que obtienen por sus inversiones, al ser ahorro, se gravan con un tipo del 19% o el 21%, muy inferior al que soporta un declarante de 17.700 euros.

Su hermana Esther, dueña de una fortuna similar, controla el 54% de FCC a través de la sociedad B-1998, cuyos accionistas, además, son otras sociedades, no personas físicas, para hacer todavía más quiebros al fisco.

Este esquema permite a la empresaria tributar la mayoría de su fortuna con la misma retención que se aplica a un mileurista.

La familia Del Pino, Amancio Ortega, Isak Andic, los Albertos -Cortina y Alcocer- y todas las grandes fortunas del país son calcos de estos ejemplos. De ahí que, efectivamente, se pueda afirmar que "los ricos nos pagan IRPF" y, por tanto, no están aportando más los que más tienen, como tantas veces ha dicho el Gobierno, sino los que más tributan. Y para eso, hay que pagar IRPF.

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