Los supermercados ven “inasumible” volver al sistema de devolución de los envases, porque costaría al menos 400 millones de euros


Los autoservicios y supermercados ven “inasumible” la puesta en marcha del sistema de devolución y depósito de envases, el llamado SDDR, ya que implicaría un desembolso cercano a los 400 millones de euros sólo para comprar las máquinas donde los consumidores deberían devolver los envases de bebidas de plástico, metales y vidrio.
Así lo han denunciado este martes las patronales de la distribución Anged, Aces y Asedas, en una rueda de prensa junto a la patronal de la industria agroalimentaria FIAB, la del pequeño comercio CEC, Ecovidrio y Ecoembes.
Todas estas organizaciones piden al Gobierno que el SDDR sólo se contemple como alternativa en aquellos casos en que se estuvieran incumpliendo los objetivos de reciclaje de envases fijados por la Unión Europea, algo que no ocurre en España.
Los 400 millones de costes, según los supermercados, se producirían solo por la implantación en España de alrededor de 20.000 máquinas para la devolución de los envases, con un precio unitario estimado en 20.000 euros.
A esta inversión inicial habría que sumar el coste de otras infraestructuras complementarias -cintas trasportadoras, máquinas compactadoras de envases, plantas de conteo-, o el lucro cesante por la pérdida de espacio para venta o almacén.
Según el redactado del proyecto de ley ahora en tramitación, ya no serían las empresas las encargadas de elegir el sistema de reciclado con el que cumplir la ley, sino que el Gobierno tendría la total potestad para implantar el SDDR por decreto. En tal caso, el Ejecutivo solo tendría que remitir a las Cortes Generales unos informes preceptivos de viabilidad.
Por su parte, las empresas envasadoras de alimentos y bebidas aseguran que se verían gravemente afectadas, ya que tendrían que hacer frente a un doble gasto de logística e infraestructura y doble gasto en la gestión de unos envases que actualmente Ecoembes y Ecovidrio ya gestionan de manera eficiente.
Además, el pequeño y mediano comercio, ya en una situación difícil, no podría hacer frente a las altas inversiones económicas de gestión y de personal que requiere la puesta en marcha y posterior operación del nuevo sistema.
Más de 80.000 establecimientos no disponen de espacio suficiente para la instalación de las máquinas y de las zonas de almacenamiento y manipulación que exige el nuevo sistema, lo que les obligaría a implementar un sistema manual con costes importantes en mano de obra, espacio de almacenamiento y transporte, entre otros.
Por último, las patronales advierten de que los consumidores también se verán afectados por esta medida, ya que el SDDR es un sistema de reciclado de envases 8,5 veces más caro que el actual.
Los ciudadanos tendrán que abonar un depósito por cada envase, que sólo se recuperará si lo devuelven al comercio en perfecto estado de limpieza y conservación (como sucede en otros países europeos).

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