Este verano los rusos se han dejado en los chiringuitos, restaurantes, parques temáticos y demás oferta turística mediterránea la friolera de 743 millones de euros de los 14.400 millones totales que ha ingresado la zona.
La cifra, ya de por sí considerable, lo es aún más si se tiene en cuenta que el crecimiento respecto al año pasado ha sido casi del 40%, cuando se dejaron 534 millones en Portugal, España, Francia, Italia, Grecia y Turquia, sólo en pagos con Visa.
Uno de los motivos de este crecimiento es que la crisis financiera no ha afectado de forma tan severa al país del rublo. Sus habitantes cuentan con un sólido poder adquisitivo y no escatiman en gastos a la hora de pasar unos días de descanso.
La noticia contrasta con el leve descenso en el gasto de los turistas británicos, que pese a todo son quienes más se han dejado en estos países (2.400 millones de euros). En concreto se ha registrado una caída del 0,9% entre mayo y agosto de este año respecto a los mismos meses de 2010.
Crisis, sí, pero el gasto turístico sube
Pese a la mala situación económica, el porcentaje general de lo que se han dejado los turistas en el arco Mediterráneo se ha incrementado en un 11%.
En concreto, el gasto total pasó de 13.000 millones desde mayo a agosto del año pasado a un total de 14.400 millones de euros en el mismo periodo de 2011.
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