Los Zigarros llegan para animar "un panorama nacional rock poco excitante"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 12 jun.- El grupo valenciano Los Zigarros llega para agitar con potentes canciones de rock un panorama nacional, a su juicio, "poco excitante" más allá de figuras "consagradas" como el mítico Carlos Raya, productor de su debut, o de su "primo" Carlos Tarque, de M-Clan, que respalda el proyecto con una colaboración.

Después de 15 años en la industria musical en formaciones como The Walkers o Los Perros del Boogie, Ovidi Tormo (guitarra y voz), Álvaro Tormo (guitarra solista), Adrián Ribes (batería) y Nacho Tamarit (bajo) alumbraron hace un año este proyecto, que el próximo martes publica su primer disco, llamado también "Los Zigarros" (Universal Music).

Su nombre, ha explicado hoy Ovidi Tormo en una entrevista con Efe, obedece al apodo con el que les conocían a él y a su hermano por ser "rubios y altos", pero escrito con un "Z", que así tiene "más power", igual que esos temas de su producción que les distinguen del resto de los grupos actuales y que son, como cantan en el single "Hablar, hablar, hablar", "un coche a toda hostia".

Desde hace más de seis años, comparten pandilla con Carlos Tarque, al que llaman "primo mayor" y, a través de él, contactaron con Carlos Raya, productor de primeras figuras como M-Clan, Quique González, Antonio Vega o Fito & Fitipaldis.

A su lado dieron forma durante un mes de grabación a once canciones que suenan a Tequila, aunque precisan que probablemente sea porque comparten los mismos referentes, sobre todo los éxitos clásicos de los Rolling Stones.

Su fuente de inspiración, "cualquier sentimiento potente y fuerte", y aunque se reconocen "bastante crápulas", rechazan cualquier estereotipo, sobre todo la ecuación que relaciona "drogas y/o depresión = creatividad", y reivindican también un buen paseo por la montaña, eso sí, con los pitillos enfundados.

El single "Hablar, hablar, hablar", que califica como "un cañonazo que va directo", aborda esas "noches de juerga sin fin", tan apegadas a la filosofía vital mediterránea, la cual a su vez tan bien conjuga con el "carácter frívolo y desenfadado del rock and roll, o al menos de una parte", apunta.

Sus versos, que mencionan veladas interminables "hablando sin decir nada", se pueden interpretar también en clave de velada crítica política, reconoce, y como una invitación a la evasión en tiempos convulsos.

"El rock tiene un poder de revolución muy importante que se está perdiendo, quizás por el conservadurismo generalizado", lamenta Tormo, que piensa que Los Zigarros ocuparán "un hueco en la industria del rock and roll que no existe" ante "cierto amodorramiento" que se ha instalado en ella desde hace años.

Cree que "el panorama nacional es muy poco excitante fuera de los roqueros consagrados" y se sienten "bendecidos" por la expectación generada en torno a su debut, toda vez que algunos medios los llaman ya "la nueva esperanza" de este estilo musical, algo a lo que por otro lado prefieren no dar mucho crédito.

Acaban de empezar sus directos como Los Zigarros, pero tienen "el culo pelado de dar conciertos". No les vendrá mal, ya que en su agenda estival tienen que rendir en importantes citas, como los festivales BBK Live! de Bilbao, En Vivo de Madrid y Azkena Rock de Vitoria.

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