El FMI descarta que España vaya a cumplir el déficit este año y el próximo

Las buenas perspectivas económicas que el Fondo Monetario Internacional dibujó ayer para España, a la que pronosticó un avance del 3,1% este año y del 2,5% el próximo, no servirán a nuestro país para poder cumplir los objetivos de déficit comprometidos. En su informe sobre Política Fiscal, publicado hoy, el organismo prevé que despidamos año con un agujero fiscal del 3,2% y que el que viene el desequilibrio de las cuentas públicas se sitúe en el 2,5%.

Estos cálculos suponen que España excederá el tope de déficit fijado con Bruselas en una décima este año y en tres décimas el que viene. Con todo, estas previsiones son mejores que las que el Fondo presentó hace solo unos meses. 

En el caso de la deuda, otro de los problemas recurrentes de la economía española, el organismo que dirige Christine Lagarde prevé que el pasivo del conjunto de las Administraciones se sitúe en el 98,7% este año (ligeramente por debajo del límite establecido) y en el 97,2% del PIB el próximo ejercicio, también por debajo del tope que el Gobierno fijó en los Presupuestos Generales del Estado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) apuesta por una política fiscal más "eficiente" y "equitativa", que sería un "poderoso" instrumento para apoyar el crecimiento sostenible e inclusivo. El Fondo constata que, pese a que la desigualdad global ha descendido en las últimas décadas, la existente dentro del mismo país ha aumentado.

De hecho, la desigualdad ha aumentado en más de la mitad de los países durante las últimas tres décadas, sobre todo entre los ciudadanos de las economías avanzadas.

En su Monitor Fiscal el FMI plantea, además, la posibilidad de poner en marcha una renta básica universal (RBU), entendida como una transferencia en efectivo de una cantidad igual para todos los individuos de un país. Según explica, esta idea está aún más vigente ante el posible impacto de la inteligencia artificial y de la automatización sobre los puestos de trabajo en el futuro.

Además, pide apoyar la inversión en educación y salud, partidas que son capaces de reducir la desigualdad de los ingresos en el medio plazo, abordar la pobreza persistente a través de generaciones, mejorar la movilidad social y, en última instancia, promover el crecimiento sostenible e inclusivo.