Tal y como avanzó el Banco de España y preveía el Gobierno, la economía española se desaceleró una décima en el tercer trimestre del año. El PIB habría crecido al 0,8%, porque el ritmo de reducción del paro se moderó algo de julio a septiembre, las exportaciones no aumentaron con la misma fortaleza, y porque en el exterior los vientos favorables que habían venido empujando a la economía nacional ya no soplaron con tanta fuerza.
El dato avanzado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que en relación al año previo nuestra riqueza mantiene el ritmo de crecimiento del 3,1% y acumula ya diez trimestres consecutivos creciendo a tasas del 3% o superiores. Con todo, los datos definitivos y desagregados no se conocerán hasta el próximo 30 de noviembre.
En su último informe de previsiones, el Banco de España atribuía este menor crecimiento a la moderación de los ritmos de creación de empleo y de los flujos comerciales netos, que habían registrado un comportamiento especialmente favorable en primavera.
El organismo estima que el avance del PIB se mantendrá este año en el 3,1%, para moderarse al 2,5% el próximo ejercicio y al 2,2% ya en 2019. Mientras, el Ministerio de Economía mantiene también su previsión para este año en el 3,1%, y la revisa a la baja tres décimas para el año que viene a causa de la crisis catalana: la sitúa en el 2,3%.
Menor tirón del sector exterior
El Banco de España ya incidía en que la subida del precio del petróleo, el tono neutral de la política fiscal (que fue más expansiva en años anteriores) harán que el PIB se vaya desacelerando entre 2017 y 2019. Según la autoridad monetaria, el crecimiento de la economía seguirá sustentándose en el "dinamismo" de la demanda nacional apoyada, a su vez, en la mejora de la posición patrimonial de los agentes privados y en las condiciones financieras favorables.
En cuanto al sector exterior, el Banco de España calcula que su contribución al PIB será del 0,6% este año y del 0,3% tanto en 2018 como en 2019, a pesar de que ha revisado a la baja el crecimiento de las exportaciones que, no obstante, crecerán un 6,4% en 2017, un 4,6% en 2018 y un 4,5% en 2019.
También es menor el crecimiento proyectado para las importaciones, que repuntarán un 5% este año, un 4,1% al año siguiente y un 4,2% en 2019. Según el Banco de España, este crecimiento es menor del que cabría esperar por la demanda interna, lo que refleja que se está produciendo una "cierta sustitución" de producción nacional por compras al exterior.
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