El 44% de los hogares madrileños asegura que aprovecha alimentos ya caducados, según una encuesta

  • El 44 por ciento de los hogares madrileños asegura aprovechar los alimentos incluso una vez han pasado su fecha de caducidad, según una encuesta de aprovechamiento de los alimentados elaborada por el Grupo de Investigación E-SOST (Economía, Empresa y Sostenibilidad) de la Universidad Pontificia Comillas, con la financiación del Ayuntamiento de Madrid y la colaboración de Prosalus, una ONG de cooperación al desarrollo.
EUROPA PRESS

Esta iniciativa forma parte de un proyecto más amplio de Prosalus, 'Yo no desperdicio, yo no comparto', una app para colaborar en la reducción del desperdicio de alimentos compartiendo aquello que no se va a consumir, y que, en palabras de su director, José María Medina, se enmarca dentro de un propósito de establecer las causas para "garantizar el derecho humano a la alimentación".

Medina ha destacado la importancia de seguir realizando estudios en este tema ya que hay una "relación directa" entre el hambre en el mundo y el desperdicio. "Casi el 30 por ciento de los alimentos a nivel mundial se desperdicia, lo que suponen 1.300.000 millones de toneladas", ha señalado Medina.

La directora de la investigación, Victoria Labajo, ha resaltado una particularidad del estudio. "Cuando preguntas a la gente si desperdicia alimentos la mayoría te responde que no pero, sin embargo, cuando empiezas a hacer preguntas más específicas los resultados son contradictorios".

De esta iniciativa se pueden obtener varios datos reseñables, como que, aún hoy en día, las mujeres son las que hacen la compra en siete de cada diez hogares madrileños.

En cuanto a la fecha de consumo preferente y de caducidad, tan solo el ocho por ciento afirma tirar el producto cuando este llega a su fecha de consumo preferente, el 15 por ciento no conserva adecuadamante los productos alimentarios y el 13 ni siquiera mira las fechas de caducidad cuando acude a comprar.

Por otra parte, solo dos de cada diez comparten o donan los alimentos sobrantes en las comidas diarias, mientras que nueve de cada diez hogares aprovecha los sobrantes de comida.

A través de 551 entrevistas por teléfono, en las que se ha cribado por sexo, edad, distrito y perfil socioeconómico, se ha intentado averiguar, entre otros aspectos, si existe alguna relación de estas variables con el desperdicio y la desigualdad o el nivel de renta.

Los hogares de mayor edad, un nivel de renta menor de 1.500 euros, preferiblemente mujeres y unipersonales son los más aprovechadores, mientras que los jóvenes hombres de menores de 35 años representan un perfil de aquellos que generan más residuos.

Labajo ha señalado que se pueden elaborar cuatro perfiles en función de su nivel de "desperdicio". El primero de ellos sería el 'gran desperdiciador', que representa alrededor del 2 por ciento y se caracteriza porque no planifica su cesta de la compra ni aprovecha en gran medida aquello que adquiere.

El segundo estrato lo compone alrededor de un 25 por ciento de los hogares madrileños, que planifica de vez en cuando pero desperdicia con cierta frecuencia. Los 'concienciados' son el grupo más amplio, con un 46 por ciento, y realizan una planificación adecuada y desechan poco. El último son los 'aprovechadores', que organiza óptimamente su compra y, por lo tanto, no genera ningún tipo de residuo.

El subdirector general de Cooperación Internacional al Desarrollo del Ayuntamiento, Javier Martín, ha destacado que la intención del Consistorio es financiar proyectos de este tipo, que "garanticen el consumo y la producción sostenible" tanto aquí como a través de la cooperación internacional.

Por su parte, el director del Servicio para el Compromiso Solidario y la Cooperación al Desarrollo de la Universidad Pontifícia de Comillas, Carlos Prieto, espera que tanto el Ayuntamiento como el tercer sector y la universidad sigan siendo "aliados en construir un mundo mejor y estar al servicio de la sociedad".

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