Más de 375.000 personas han desistido de encontrar un empleo en España desde 2011

    • Entre jubilaciones forzosas, jóvenes que prolongan sus estudios y retrasan su paso al mercado laboral y salidas de inmigrantes, la población activa sufre un desplome sin precedentes.
    • Casi siete millones de españoles que están en edad de trabajar y no tienen ningún impedimento para hacerlo eligen quedarse fuera del mercado de trabajo.

La Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año trajo por fin buenas noticias sobre el comportamiento del mercado laboral.

Con todos los asteriscos que se pueden poner a unas cifras que están condicionadas por el inicio de la época estival y por la lógica estacionalidad vinculada a ese fenómeno, lo cierto es que, como puso ayer de manifiesto el ministro de Economía, Luis de Guindos, el mercado laboral ha creado empleo en términos netos por primera vez desde 2008: en concreto, 149.000 ocupados más.

Y que la cifra de parados se ha reducido en 225.200 personas (la segunda mejor cifra de toda la crisis), dejando la tasa de paro en el 26,26%. Datos muy positivos.

Pero más allá de los datos puntuales conviene observar las tendencias de fondo del mercado de trabajo y una de las más llamativas es el desplome que la población activa, es decir, el número de personas dispuestas a trabajar que viven en un país, que ha caído en 375.400 en apenas dos años, un hecho sin precedentes..

Al cabo, lo que refleja este indicador no es otra cosa que la fuerza laboral total con la que cuenta un país o, de otro modo, el capital humano del que dispone España para poner en marcha su economía.

Lógicamente, la principal causa de este fenómeno hay que buscarla en la profunda infrautilización de la mano de obra disponible, es decir, en la escalada del desempleo que ha sufrido España desde 2008 y que ha llevado la cifra de parados por encima de los seis millones.Dejando atrás el mercado laboral

Si en un primer momento lo que hizo el repunte del paro fue movilizar a determinadas bolsas de inactivos (amas de cada, estudiantes, incluso jubilados...) a dar el salto al mercado laboral para contribuir a la estabilidad de las finanzas familiares, con el paso del tiempo lo que se ha terminado desencadenando es un efecto desánimo que ha terminado expulsando del mercado laboral a decenas de miles de personas.

En los últimos dos años el número de inactivos en España, personas en edad de trabajar y en condiciones de hacerlo que no buscan un empleo, se ha incrementado en 120.500 personas. Restemos los jubilados y los que se encuentran en esta situación por una incapacidad temporal y nos encontraremos con más de siete millones de individuos que, por unas razones u otras, están fuera del mercado de trabajo.

Los cauces de esta corriente de salida del mercado laboral han sido bien diferentes. El más intenso, a la luz de las estadísticas, ha sido el retorno de inmigrantes a sus países de origen o a otros destinos con más posibilidades laborales.

Según Estadística, sólo en el último año el número de trabajadores extranjeros que estaban buscando activamente un trabajo en España se redujo en más de 210.000 personas. De todos ellos, apenas 13.000 salieron del mercado laboral para permanecer en el país como inactivos.

El resto, más de 197.000, ya ni siquiera figura en los censos como población extranjera en edad de trabajar lo que implica que o bien han abandonado el país en busca de un horizonte laboral o bien han permanecido en España de forma irregular.

Otros muchos han salido del mercado laboral porque han alcanzado la edad legal de jubilación o bien porque han sido invitados a jubilarse por su empresa o por las circunstancias del mercado laboral.

Según la EPA, los jubilados no sólo suponen el 50% de los individuos en edad de trabajar inactivos que hay en España sino que ha sido el colectivo que más nuevos inactivos ha generado en España en los dos últimos años, nada menos que 189.300, muchos más de los que han alcanzado la edad de jubilación desde 2011.

Un módulo complementario de la Encuesta de Población Activa publicado recientemente ofrecía algunas claves para explicar estas cifras.

Según el INE, en España hay 171.000 prejubilados, 200.000 personas que decidieron anticipar su retiro ante lo agreste del panorama laboral, un número indeterminado de potenciales activos que dejaron de buscar un empleo por motivos familiares e incluso medio millón de personas que aún habiendo alcanzado la edad de jubilación hubiera seguido trabajando si las condiciones hubieran sido un poco mejores.

En total, más de un millón de pensionistas que preferirían no serlo.

En el otro extremo encontramos al tercer gran colectivo que explica el desplome de la población activa: los jóvenes.

La cifra de jóvenes en edad de trabajar que declaran no estar buscando un empleo porque están centrados en sus estudios ronda ya los 2,5 millones después de haberse incrementado en más de 30.000 en los últimos dos años.

Las estadísticas apuntan hacia que muchos jóvenes han decidido o bien prolongar sus estudios o retrasar su salto el mercado laboral ante la falta de oportunidades, marcada a fuego por ese 56% de paro juvenil.

En los últimos a dos años el número de jóvenes de entre 16 y 24 años que forman parte de la población dispuesta a trabajar se ha reducido en más de 200.000 personas. De ellos, apenas 30.000 han pasado a la situación de inactivos. ¿Qué ha ocurrido con el resto? Es posible que haya que acudir al Censo de Españoles en el Extranjero para encontrar una respuesta.

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