Manuel Pizarro será un hombre clave en el nuevo Corte Inglés

Nadie puede poner en duda la habilidad de Manuel Pizarro de moverse entre bambalinas. El ex agente de cambio y bolsa y abogado del Estado, supo convertirse en un gestor de máximo prestigio desde la presidencia de la Bolsa de Madrid en la última década del siglo pasado. Luego llegría el bastón de mando de Endesa, donde mostró su perfil más beligerante en el largo proceso de opas que acabó con la eléctrica en manos de la alemana E.ON.Tras una larga etapa en el ostracismo desde que Mariano Rajoy le castigó tras el debate perdido con Pedro Solbes con la cosa económica de por medio -en el que, paradójicamente, anticipó todas las claves de la crisis que ya estaba en marcha y que el Gobierno negaba insistentemente-, El Corte Inglés rescató a Pizarro este verano como consejero y adjunto a la presidencia. Tras el fallecimiento de Isidoro Álvarez, su papel se perfila como esencial en el futuro inmediato de la compañía.Sobre todo, Pizarro será el nexo de unión del grupo de distribución con los bancos, que en noviembre del año pasado cerraron el proceso de refinanciación del grupo por importe de 4.909 millones de euros. Para los tres mayores acreedores del grupo -Santander, BBVA y Caixabank- la incorporación de un hombre con marcado perfil financiero como Pizarro supone abrir un importante canal de comunicación del que El Corte Ingles carecía.Dentro del proceso de reestructuración de la deuda, el grupo vendió el 51% de su financiera al banco cantabro por 140 millones de euros en una operación con una vigencia de diez años. Acabado el plazo, El Corte Inglés podría recomprar dicha participación o renegociar las condiciones. Con la enajenación de una de sus áreas de negocio más golosas -sino la más, ya que la del grupo es la financiera más grande de España- El Corte Inglés satisfacía la petición de garantías de los bancos acreedores.Un beneficio atribuido de 174,3 millones de euros en 2013Por lo tanto, el impacto de la crisis ha provocado un cambio radical en las relaciones del grupo con sus entidades financieras de cabecera y con los mercados. Además de refinanciar su deuda, el grupo apeló por primera vez en su historia al mercado de capitales con una emisión de 600 millones de euros. Una operación que ha disparado las especulaciones sobre una posible salida a bolsa del grupo en la que Pizarro tendría mucho que decir.Con una enorme altura intelectual y una tupida red de relaciones en el ámbito empresarial, financiero y político, Pizarro tiene también el perfil perfecto para la representación institucional del grupo. Es decir, como presidente no ejecutivo del grupo según está barajando el grupo de distribución, pero con mucho mando en plaza.Pizarro no sabe nada de tiendas, pero su perfil es muy complementario con el de Dimas Gimeno. El sobrino de Isidoro Álvarez sería la otra cara de la misma moneda y ejercería como consejero delegado, como primer ejectivo. Será el guardían de las esencias, el encargado de mantener las reglas del juego históricas en un grupo único que, de puertas afuera y en lo que a los ojos del cliente se refiere, ha cambiado muy poco en sus usos y costumbres en los últimos 60 años.Otra cosa son los procesos internos. Gimeno asume el poder con la obligación de pilotar el todavía incipiente proceso de internacionalización del grupo y el ajuste de las áreas de negocio menos rentables. El Corte Inglés obtuvo un beneficio atribuido de 174,3 millones de euros en 2013, un 6,2% más que en el ejercicio anterior. Pero las ventas del comercio minorista retrocedieron por sexto año consecutivo en un proceso marcado por la enorme dependencia del negocio del mercado español.