Barcelona.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha rechazado hoy la posibilidad de subir impuestos para obtener mayores ingresos en 2011 y se ha mostrado prácticamente convencido de que ninguna otra comunidad autónoma superará a Cataluña en "sacrificios", con un recorte del gasto de un máximo del 10%.
Mas ha replicado así a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, que ayer sugirió a la Generalitat que "explore" la posibilidad de aumentar los ingresos mediante una reforma al alza de los impuestos que dependen de la administración catalana.
Tras presidir a primera hora de la mañana la primera reunión del Consejo Asesor para la Reactivación Económica y el Crecimiento, que ha creado el nuevo Govern, Mas se ha mostrado "sorprendido" por las palabras de Salgado, ya que, según ha recordado, en 2010 el anterior gobierno de la Generalitat ya subió "casi todos los impuestos".
Teniendo en cuenta que Cataluña tiene "el IRPF más alto de todo el Estado español", aplica el "céntimo sanitario" sobre la gasolina y presenta unos niveles impositivos superiores a otras comunidades, según Mas, "la receta de futuro no debe ser subir los impuestos".
Mas ha negado sentirse ofendido por la sugerencia de Salgado, ya que no cree que deba considerarse como una "injerencia" en los asuntos del Govern, pero sí ha subrayado que su opinión es "contraria" a la línea expresada por la vicepresidenta.
"Para crear nuevos puestos de trabajo, el buen camino no es subir los impuestos. Más bien al contrario", ha dicho Mas, partidario de la "moderación fiscal", pese a ser consciente de que tampoco ahora es buen momento para rebajar la presión fiscal, a excepción del impuesto de sucesiones, que CiU se comprometió a suprimir.
Su rechazo a la idea planteada ayer por Salgado no ha sido el único 'no' que Mas ha dirigido al Gobierno español: también se ha plantado ante la exigencia de José Luis Rodríguez Zapatero de que la Generalitat vaya más allá del 10% en el recorte del gasto en 2011.
El presidente catalán ha recalcado que su compromiso de reducir en un 10% el presupuesto de la Generalitat para este año ya supone un ajuste "muy duro", que conllevará "sacrificios de todo tipo" en "amplias capas" de la sociedad catalana.
En su opinión, "hay que aplicar ahora el bisturí y la tijera" en el gasto público para que dentro de unos años el país pueda volver a despegar económicamente.
Mas ha destacado que este recorte presupuestario supondrá para la Generalitat gastar "entre 2.500 y 3.000 millones de euros menos" que el año pasado: "Eso no es calderilla. No podemos ir más allá".
"Dudo que lo haga otro territorio del Estado español", ha dicho Mas, convencido de que "todas las administraciones tiene que ajustar sus presupuestos a la baja", a través de "políticas de austeridad".
Este "gran esfuerzo" que asume la Generalitat para "predicar con el ejemplo", según Mas, debe venir respaldado por un compromiso del Gobierno español para garantizar a Cataluña "un determinado nivel de ingresos".
Cataluña "cumplirá" su parte del trato, prescindiendo de este 10% del presupuesto del año pasado, pero el Gobierno español a su juicio también debe cumplir, aportando los recursos necesarios para poder acotar el déficit catalán al 1,3% del PIB.
Mas ha asegurado que, en su reunión del pasado lunes en la Moncloa, Rodríguez Zapatero no le pidió "ir más allá del 10%" en la reducción del gasto de la Generalitat, pero no ha negado que esta petición esté sobre la mesa de negociaciones entre ambos ejecutivos.
Por otro lado, ha reconocido que el dinero que reclama Cataluña como parte proporcional del Fondo de Competitividad correspondiente a 2011 "no vendrá" este año a las arcas de la Generalitat, ya que los socialistas no lo han incluido en el presupuesto estatal.
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