El fin de las matrículas turísticas: los PGE las anulan por "no cumplir objetivos"

Placas de matrícula blanca y una banda vertical roja. Poca gente parece haberlas visto en carretera y a partir de diciembre se eliminarán por completo. Se trata de las matrículas turísticas que ahora desaparecerán y que nacieron con el fin de incentivar la compra de vehículos en España por parte de los extranjeros. La Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018 eliminó este régimen al "no cumplir los objetivos con los que fueron creados" hace apenas un mes. 

Parece que el mercado de vehículos español no ha tenido buena acogida por parte de los extranjeros. Las placas de matrícula turística, de carácter temporal, apenas se ven en las carreteras a pesar de los numerosos beneficios que supondrían para los extranjeros que viajan a España de forma habitual. Los compradores se ahorrarían el pago del Impuesto de Matriculación y, según los casos, también el de importación y/o IVA. 

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De acuerdo con el texto que deroga este tipo de régimen, "actualmente el número de vehículos y embarcaciones acogidos es muy escaso y (...) la mayoría de los beneficiarios del régimen son titulares de medios de transporte no fabricados en España". Por lo tanto, la eliminación de este régimen se basa en la escasa popularidad con la que contaba. 

Estas placas comenzaron a usarse en con el boom turístico del 'sol y playa' en los años sesenta y se incorporó al código de circulación de 1934. Con la entrada de España en la Unión Europea, se hizo necesaria la adaptación de la reglamentación de esta matrícula a las consecuencias de armonización fiscal del mercado interior europeo. Hasta su desaparición, estaba regulada por el Reglamento General de Vehículos con una única modificación: el personal técnico-administrativo ya no disfruta de este tipo de placa de matrícula, sino del régimen diplomático. 

Pero no solo los turismos estaban acogidos bajo el régimen de matrícula turística. Otros de los perjudicados por la eliminación de estas placas son algunas embarcaciones. La Asociación Nacional de Empresas Náuticas pide a Hacienda que busque alternativas para evitar un impacto negativo sobre el sector y destacan que es necesario tener en cuenta el potencial que la náutica de recreo tiene para atraer a España un turismo marítimo de calidad. 

El turismo náutico genera en España unos beneficios nueve veces superiores al del turismo tradicional, según afirmaba hace unos meses el presidente del Salón Náutico de Barcelona, Luis Conde, que defendía la importancia de un sector en continuo crecimiento en los últimos años.

Con el fin de evitar perjudicar a los propietarios de vehículos bajo este régimen, el Gobierno de Sánchez ha establecido un periodo transitorio, de forma que los vehículos y embarcaciones que cuenten con matrícula turística pueden ser utilizados por los beneficiarios hasta que finalice el plazo autorizado, que no puede exceder del 31 de diciembre de este mismo año. 

En cambio, los extranjeros sí que aprovechan otros beneficios en nuestro país. Este es el caso de la compra de vivienda, que sí es utilizada año tras año por los extranjeros. De hecho, según los datos de 2017, la compra de viviendas por parte de personas de otros países volvió a batir récords con la firma de más de 61.000 transacciones. Según los datos del Colegio de Registradores, los extranjeros se hicieron con el 13,11% de las viviendas que cambiaron de manos el pasado año, encabezados por británicos, franceses y alemanes.

Lo mismo ocurre con el turismo sanitario. España es uno de los principales exponentes de este fenómeno a nivel mundial y este tipo de viajes crecen un 20% cada año. Según la cadena hotelera Catalonia, los turistas invierten en este tipo de 'vacaciones' unos 1.155 € por cabeza y a nivel mundial esta actividad ya factura cerca de 7.000 millones de euros anuales y promete seguir aumentando en los próximos años. En cambio, parece que en el caso de los vehículos no ha funcionado.