El exceso de pruebas médicas dispara el gasto en Sanidad: un 20% podría evitarse

  • Nueve de cada diez médicos admiten que encargan pruebas de dudosa utilidad. El miedo a las denuncias dispara las recetas y los ingresos hospitalarios.
Urgencias médicas
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Efe

Tratamientos innecesarios, pruebas excesivas o duplicadas, hospitalizaciones evitables o demasiado prolongadas...  son secuencias que se repiten día a día en la sanidad española y que pocas veces tienen que ver con la falta de profesionalidad de los médicos y sí con el miedo a las demandas de los pacientes. La denominada 'medicina defensiva' protagoniza las consultas de urgencias ante la falta de facultativos, los picos de demanda y por la necesidad de dar respuestas inmediatas -y visibles- a los enfermos para evitar sus quejas, propiciando un incremento muy importante de los gastos.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)  destaca en su informe de 2018 sobre la Salud en Europa que el sobrediagnóstico genera uno de cada cinco de euros de gasto sanitario y que reducir las pruebas recurrentes, que no tendría efectos en la calidad de la asistencia, podría contribuir a dar mejores servicios y garantizar la sanidad universal. En cuanto a los ingresos hospitalarios potencialmente evitables por afecciones como asma y diabetes señala que "consumen más de 37 millones de días de cama en hospitales al año en toda la UE".

La OCDE también apunta al sobrecoste que genera la prolongación de las estancias en los centros y que dar el alta médica cuando corresponde serviría para favorecer la atención a los pacientes con mayores necesidades. Al tiempo, hace hincapié en la mejora de las prescripciones farmacéuticas, para frenar los gastos y dar sostenibilidad al sistema. Farmaindustria, la patronal de la industria farmacéutica, cifra en 11.000 millones de euros el dinero que se pierde a causa del abandono de las medicaciones -por diferentes causas-, que en muchas ocasiones va unido a hospitalizaciones posteriores a consecuencia de enfermedades agravadas por la ausencia de tratamiento.

Un reciente estudio elaborado por la Organización Médica Colegial (OMC) y las Sociedades Españolas de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) a partir de encuestas a 1.500 facultativos destaca que nueve de cada diez médicos admiten haber realizados pruebas de "dudosa utilidad" para eludir pleitos y que el 66% se siente condicionado profesionalmente por la posibilidad de una demanda judicial, unas actuaciones que han aumentado exponencialmente en los últimos años.

En cuanto a la prolongación de las estancias hospitalarias, solo un 30% admite que no la toma personalmente, aunque cuando la valoración tiene que ver con varios profesionales, el porcentaje aumenta al 60%. Mientras, un 85% de los facultativos no se sienten respaldados por las instituciones en las que trabajan y aseguran que no han recibido formación en aspectos como las reclamaciones de los pacientes.

Entre las causas de exceso de tratamiento, muchas veces reclamado por los pacientes, está la cada vez mayor difusión publicitaria de enfermedades y remedios que generan nuevas demandas, las expectativas desmedidas de curación, la exigencia de respuestas rápidas para evitar la incertidumbre y la idea generalizada que más es mejor a la hora de tratar afecciones.

Las organizaciones que avalan el informe inciden especialmente en el efecto en la salud de los pacientes que puede tener la 'medicina defensiva' y reclaman a las administraciones un Baremo de Daños Sanitarios para paliar y medir los efectos y consecuencias de aplicar los sobrediagnósticos en los usuarios. Al tiempo apuntan la necesidad de educar y formar a los ciudadanos para utilizar de forma responsable los servicios sanitarios y evitar, entre otras, cosas acudir a urgencias antes de pasar por atención primaria.

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