La banca sigue sepultada en ladrillo: sólo baja un 5% el lastre por culpa del Popular

  • Las grandes entidades cargan con inmuebles adjudicados por un valor bruto de 66.452 millones, aunque han reducido un 23% el 'problema' disparando su saneamiento.

    La actividad inmobiliaria en España pasó otra factura de 900 millones en pérdidas al Santander -excluído el banco Popular-, BBVA, Caixabank y Sabadell. 

La titánica tarea de desenladrillar la banca muestra dos caras. Una, muy positiva, enseña que este año, por fin, las entidades están siendo capaces de achicar el riesgo. El envés a esa realidad es que, transcurridos nueve años desde que estalló la crisis, la cartera original de inmuebles incrustrados en balances apenas cae. Si mengua el problema obedece más a que la fabulosa hucha construida en provisiones está acotando la exposición neta que a una fuerte eclosión en las ventas.

Esta realidad se infiere de los datos divulgados con motivo de la presentación de resultados del primer semestre. Los cinco mayores bancos -Santander, una vez integrado el Popular; BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell- cargaban en junio con activos adjudicados por un valor bruto de 66.452 millones de euros, cuantía que apenas disminuye un 5% interanual.

Ahora bien, el ‘problema’ empequeñece casi un 24% y queda limitado a 30.057 millones porque las entidades engordaron un 18% la red de provisiones. La hucha de dotaciones suma 36.095 millones en recursos, lo que implica que, aun colocando la cartera íntegra con descuentos del 54%, no sufrirían quebranto alguno que desluzca la cuenta de resultados.

Los datos consolidados se encuentran, no obstante, distorsionados por el Popular. El Santander había dado por zanjada la tarea de desembarazarse de inmuebles meses antes de adjudicárselo y su cartera es hoy la de mayor volumen y la única donde el portfolio de viviendas, locales, suelos, promociones, etc, crece -pasan de 27.298 a 27.321 millones brutos-. A falta de que el Popular divulgue sus cifras individuales, una lectura simple es que el sexto banco español fue incapaz de vender inmuebles a un ritmo superior de los que entraban por ejecución de deudas.La losa del Santander aumenta

La medicina del Santander para aplicar rauda cirugía en la extirpación del ladrillo explica en gran parte también que el riesgo neto global disminuya de forma acusada. El grupo ha metido un tijeretazo de casi el 30% a la exposición neta disparando un 41% las dotaciones -el Popular autosaneó el balance con 7.200 millones en provisiones durante el proceso de resolución-. Se trata de la antesala para deshacerse del quebradero de cabeza inmobiliario en poco tiempo, garantizándose la venta rápida con fuertes descuentos. El Santander negocia en exclusiva vender el 51% de una cartera de 30.000 millones brutos a Blackstone, que integraría dichos adjudicados junto a algunos portfolios de crédito promotor o deuda.

El resto de grandes bancos sí reducen, con más o menos intensidad, su cartera original aprovechando el renovado apetito de las familias por adquirir viviendas y el voraz interés de fondos especializados para colocar inmuebles a una velocidad muy superior a la entrada de nuevos activos. En el último año BBVA recorta un 10% la exposición bruta, Bankia del 14%, Caixabank casi un 4% y Sabadell supera el 8% y el problema neto lo minoran en horquillas de entre el 11 y 25% por el esfuerzo en cubrir el riesgo con un colchón superior de saneamientos.

La banca se ha volcado en reforzar dotaciones por guión regulatorio. A las exigencias contables del Banco de España se suma la obstinación del Banco Central Europeo (BCE) en liberar a las entidades de una lacra que estrangula la rentabilidad, por lo que ha comenzado a obligarles a retratarse con planes específicos de ventas sobre los que mantendrá puntual seguimiento. Incumplirlos es exponerse a penalizaciones en forma de mayores provisiones o, incluso, capital.El BCE castiga que los activos se perpetúen

Al supervisor le preocupa que sean riesgos incrustados desde hace casi una década que apenas se han reducido. Un informe del Banco de España cifraba hace ahora un año en 85.000 millones la losa inmobiliaria que soportaba el conjunto de la banca en valor bruto -y no solo los cinco grandes- y advertía que era la misma cifra de 2011. El mercado no acompañaba lo suficiente para colocar de forma masiva los activos y las entidades tampoco estaban preparadas porque no habían reconocido, con provisiones, su depreciación de forma venderlos a precio de mercado les exponía a incurrir en quebrantos. 

La situación ha mutado de forma radical en los últimos meses. Hoy, la mayoría de entidades disponen de un colchón que permite enajenar el ladrillo al 40-45% del precio al que se lo adjudicaron en pago por deudas sin acusar minusvalías y el escenario promete. Son legión los fondos internacionales interesados en acopiar viviendas, locales, inmuebles de todo tipo e, incluso suelos, ante la expectativa de la fuerte reactivación económica, de un desempleo en retroceso y el optimismo consumista de familias con ingresos que comienzan a revalorizarse.

El servicio de estudios de BBVA espera que la venta de viviendas crezca el 10% este año y superen las 500.000 transacciones, con aumentos del 3% en los precios. Bankia y BBVA han desvelado que trabajan con el reto de reducir su exposición problemática de manera drástica en un plazo de tres años, un horizonte temporal que parece haberse instalado como el adecuado en la industria para liberar al resultado del corrosivo ladrillo -no aporta y cuesta provisiones y gastos de gestión- en favor de mejorar una rentabilidad insuficiente.

A foto fija las filiales inmobiliarias aún continúan en 'números rojos': la del Santander perdió entre enero y junio 144 millones -no incluye Popular-, idéntica cifra del año previo porque prácticamente recoge solamente los costes de funcionamiento. El peor resultado lo sufrió la unidad especializada del Sabadell, con 309 millones (se reduce un 10,8% interanual), seguida por Caixabank, con 257 millones (cae un 27,6%) y BBVA, con 191 millones (-8,6%). No hay referencia del Popular ni Bankia porque evacuó su ladrillo a la Sareb, pero en los cuatro grandes bancos implica que aún pierden 901,2 millones por mantener los inmuebles y gestionar su venta. 

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